El renacimiento mira al sur; andrajos

En primer lugar elaboraremos la masa para los Andrajos. Es una receta realmente fácil, basta con amasar harina con agua y sal hasta obtener una masa tipo pan. Luego espolvoreamos la superficie de la encimera con harina y amasamos hasta darle textura.

Cortamos un pellizco de la masa, y con ayuda de un rodillo lo dejamos en forma de tortita muy fina.No olvidéis espolvorear con harina la superficie para que no quede pegada la masa. Estas tortitas las dejaremos reposando encima de un mantel de tela, y las dejaremos reposando mientras hacemos el caldo de los Andrajos.

Mientras las tortitas reposan, pelamos las gambas y reservamos las cabezas para hacer fumet, también ponemos a cocer las almejas para que pierdan la tierra y se abran. Desmigamos el bacalao, que previamente hemos tenido en agua, unas 24 horas, cambiándola de vez en cuando para desalarlo. Picamos el pimiento verde, el rojo, la cebolla

Ponemos las cabezas de las gambas a hervir para hacer la fumet. Sofreímos los ajos enteros, una vez dorados, agregamos los pimientos y la cebolla, dejamos que se doren y agregamos el tomate natural y la fumet obtenida de las cabezas de las gambas.

Dejamos hervir esta mezcla y a continuación echamos el sofrito en el baso de la batidora y trituramos . Una vez lista, vertiéremos en una olla grande junto con un litro y medio de agua (aproximadamente) una hoja de laurel, la hierbabuena y opcionalmente las alcachofas (nosotros no le ponemos).

Cuando rompa a hervir, agregamos el bacalao, las almejas sin cáscara y las gambas. Dejamos hervir unos minutos más y comenzamos a echar las tortitas que habíamos preparado rompiéndolas a jirones. Movemos de vez en cuando para que no se peguen.

Mientras los andrajos se cuecen a fuego medio, en una sartén con aceite de oliva vamos hacer con las misma masa de los andrajos unas tortitas que utilizaremos para acompañar. Dependiendo de gustos dejamos los andrajos con más o menos caldo. En casa nos gustan en un término medio, así que realmente se retiran del fuego cuando lo consideréis conveniente.