Tomatitos bloody iberian

Licuar los tomates en rama hasta obtener un vaso de zumo de tomate (unos 200cc). Añadimos el chorrito de vodka, sal y pimienta al gusto para obtener nuestro Bloody-Mary. Lo calentamos a fuego lento en un cazo mientras hidratamos 4 hojas de gelatina neutra que añadiremos al mismo una vez hidratadas y escurridas. Recomiendo dejarlo "fuerte" de sabor ya que la gelatina diluirá levemente el sabor al formarse. Normalmente se recomienda usar una hoja de gelatina por cada 100cc de liquido a "gelatinizar", pero queremos que quede más dura para que los tomates no se nos rompan fácilmente durante el montaje. Seguidamente usaremos una cubitera de silicona en forma de bolas para lograr nuestras semiesferas. Es importante que antes de hechar el bloody-mary en ella, hayamos untado con el dedo mojado en aceite los huecos de los cubitos para que después salgan las bolas más fácilmente y no se peguen y rompan al sacarlas. Una vez untados los huecos de los cubitos de aceite, rellenamos con la mezcla de bloody-mary y las hojas de gelatina diluidas y llevamos al frigorífico de 4 a 5 horas. Una vez que haya gelatinizado nuestro bloody-mary sacamos las semiesferas. A la semiesfera que vaya a quedar en la base le hacemos un corte recto en la base para que apoye sobre el plato y no ruede. Una vez que apoye bien, añadimos unos trocitos de jamón ibérico y una gotita de aceite de oliva para darle el toque "ibérico" que queremos. Después colocamos encima y bocabajo otra semiesfera de bloody-mary como si fuese un sandwich, y pinchamos todo con un palillo. Por último para decorar, colocamos encima la rama de los tomates, y espolvoreamos un poco perejil por encima. El resultado final es espectacular, tanto visual como en boca.

Foto del plato terminado: