Tortilla de patatas

Lavamos las patatas, las pelamos y las lavamos de nuevo. Las cortamos en láminas finas, las salamos y las freímos en abundante aceite caliente.

Mientras, en un bol, batimos los huevos y les ponemos un pellizco de sal.

Cuando las patatas estén fritas y algo crujientes, las dejamos escurrir un poco y las mezclamos con el huevo. Dejamos reposar la mezcla un par de minutos. Ponemos un chorrito de aceite en una sartén al fuego y, cuando esté caliente, volcamos la mezcla. Cuando se empiece a cuajar, le damos la vuelta con ayuda de un plato y la ponemos de nuevo al fuego.

Para terminar, la dejamos a fuego medio/bajo hasta que alcance el punto que nos guste. Si la queremos jugosa, la sacamos enseguida. Si nos gusta cuajada, la dejamos más tiempo.

Trucos y consejos:

El tipo de patata ideal para hacer la tortilla es la mejor a la que tengamos acceso, teniendo en cuenta el lugar en el que vivimos y el presupuesto con el que contamos.

Escurriendo la patata conseguiremos dos cosas: que se enfríe un poco antes de mezclarla con el huevo –lo que evitará que este se cuaje con el calor de la patata–, y que la tortilla quede menos aceitosa.

Variantes:

En lugar de cortar las patatas en láminas finas, podemos hacerlo en cubos pequeños. En tal caso, se notará más en la tortilla. Podemos añadir una cebolla troceada y pochada e incorporarla a la mezcla antes de hacer la tortilla. Se puede freír la cebolla junto con la patata o hacerla aparte.

Podríamos hacer una versión light, asando las patatas en el horno, cortadas en cubos.

En uno de los vídeos, Francis Paniego preparó una versión con perrechicos y comentó que la salsa de soja le da un toque curioso a la tortilla.

Foto del plato terminado: