Pizza de dieta

Lavamos la pechuga y le quitamos los restos de grasa que pueda tener, seguidamente la troceamos en trozos pequeños y añadimos al baso de la batidora o robot de cocina. Mientras ponemos a precalentar el horno a 200ºC calor arriba y abajo sin aire.

Añadimos el huevo y la clara de otro huevo, mezclamos bien y añadimos por último a la mezcla las especias y una pizca de sal. Para que el sabor parezca pizza debemos usar especias italianas, podemos usarlas por separado o comprar las que ya vienen mezcladas, las más importantes son el orégano y el ajo en polvo, este último además dará textura a nuestro plato.

Batimos bien con la batidora o con nuestro robot de cocina y si vemos que queda muy pastosa añadiremos 1/4 de vaso pequeño de agua, seguimos batiendo hasta que quede una masa consistente pero manejable.

Ponemos papel de horno encima de nuestra bandeja y extendemos la masa, debe quedar fina para que la masa quede crujiente, así que extendemos lo más parejo posible, podemos añadir más ajo en polvo y orégano por encima.

Metemos al horno a 200ºC durante 20 minutos, mientras podemos ir pensando qué vamos a ponerle a nuestra pizza, ir lavando y cortando nuestras verduras, al ser la masa de pollo, ya tenemos proteína por lo que para hacer un plato completo lo ideal es añadir verduras por encima.

Sacamos del horno y ya tenemos la base, ahora toca decorar, primero el tomate 0%, luego el queso light y por último los toppings que hayamos elegidos, en este caso salchichas de pavo porque la pizza iba con una ensalada.

Último golpe de horno, dependiendo de los toppings que hayamos elegidos, en 5 o 10 minutos estará nuestra pizza, vigilad que no se queme y cuando el queso haya fundido y las verduras estén listas, podemos disfrutar de nuestra pizza estemos a dieta o no.