Tomate confitado con pesto de pipas y queso de oveja

INGREDIENTES PRINCIPALES
- 4 tomates
- 50 gr azúcar
- 50 gr agua
- 25 gr vinagre vino blanco
- 100 gr pipas
- 25 gr. albahaca
- 1 diente de ajo
- 200 gr aceite de oliva suave
- 200 gr aceite girasol
- Queso viejo de oveja
Preparación de la receta
Para preparar la receta de Tomate confitado con pesto de pipas y queso de oveja:
Ponemos agua a hervir y con una puntilla le damos dos cortes muy superficiales en forma de cruz a los tomates. Cuando el agua esté hirviendo, para que conserve todo el color, lo introducimos y los dejamos escaldar unos minutos, hasta que veamos que la piel se ha empezado a desprender un poquito de la carne (unos 5-7 minutos aproximadamente).
Mientras dejamos enfriar un poco los tomates, preparamos el almíbar con el azúcar, el vinagre y el agua, dejándola hervir hasta que alcance un punto de hebra fuerte.
Pelamos los tomates y, con ayuda de una brocha, los pintamos con el almíbar, sazonamos un poquito y colocamos en una placa de horno.
Los metemos al horno durante 45 minutos a 150º. Una vez horneados, reservamos a temperatura ambiente.
Para elaborar el pesto, ponemos un puñado de pipas peladas (100gr. aprox.) en un mortero, junto con un diente de ajo y machacamos a conciencia el ajo y un poco las pipas (a mi no me gusta triturar totalemente las pipas, porque me resulta muy agradable luego encontrarme algun trocito).
Cuando tengamos machacado el ajo y las pipas añadimos las hojas de albahaca y trituramos.
Añadimos entonces el queso viejo de oveja en trocitos y machacamos.
Ya tenemos casi listo nuestro pesto de pipas, hemos ido triturando poco a poco, mezclando sabores y consiguiendo diferentes texturas. Con el queso hago lo mismo que con las pipas, me dejo alguna que otra migaja para que se deshaga en la boca, es un placer para el gusto!!!
Ahora solo queda añadir el aceite de oliva en hilo para emulsionar bien el conjunto y conseguir una salsa de pesto fluida.
Reservamos el pesto y rallamos el queso de oveja. Es importante que sea un queso viejo o curado, para resaltar e intensificar el sabor dulzón de los tomates confitados. Además, al ser un queso muy poco graso, rallarlo es super fácil, no se pega y queda muy suelto.
Ya tenemos nuestra receta lista, sólo nos queda emplatar. Para ello, ponemos en un plato llano un poco de pesto, sobre éste un tomate y luego, de manera ornedada, un poco de queso rallado, coronando el tomate y haciendo que caiga por un lado y moje en el pesto.
El plato se puede servir frío o tibio, aunque yo recomiendo tibio, es como nosotros lo comimos en casa y estaba... mmmmmmmmm de rechupete!!!!!. Tuvo un éxito buenisimo, es una de esas recetas que sabes que vas a hacer cuando tengas invitados a los que impresionar, porque estaba realmente delicioso!!!
Espero que os guste!!!

Mientras dejamos enfriar un poco los tomates, preparamos el almíbar con el azúcar, el vinagre y el agua, dejándola hervir hasta que alcance un punto de hebra fuerte.
Pelamos los tomates y, con ayuda de una brocha, los pintamos con el almíbar, sazonamos un poquito y colocamos en una placa de horno.
Los metemos al horno durante 45 minutos a 150º. Una vez horneados, reservamos a temperatura ambiente.
Para elaborar el pesto, ponemos un puñado de pipas peladas (100gr. aprox.) en un mortero, junto con un diente de ajo y machacamos a conciencia el ajo y un poco las pipas (a mi no me gusta triturar totalemente las pipas, porque me resulta muy agradable luego encontrarme algun trocito).
Cuando tengamos machacado el ajo y las pipas añadimos las hojas de albahaca y trituramos.
Añadimos entonces el queso viejo de oveja en trocitos y machacamos.
Ya tenemos casi listo nuestro pesto de pipas, hemos ido triturando poco a poco, mezclando sabores y consiguiendo diferentes texturas. Con el queso hago lo mismo que con las pipas, me dejo alguna que otra migaja para que se deshaga en la boca, es un placer para el gusto!!!
Ahora solo queda añadir el aceite de oliva en hilo para emulsionar bien el conjunto y conseguir una salsa de pesto fluida.
Reservamos el pesto y rallamos el queso de oveja. Es importante que sea un queso viejo o curado, para resaltar e intensificar el sabor dulzón de los tomates confitados. Además, al ser un queso muy poco graso, rallarlo es super fácil, no se pega y queda muy suelto.
Ya tenemos nuestra receta lista, sólo nos queda emplatar. Para ello, ponemos en un plato llano un poco de pesto, sobre éste un tomate y luego, de manera ornedada, un poco de queso rallado, coronando el tomate y haciendo que caiga por un lado y moje en el pesto.
El plato se puede servir frío o tibio, aunque yo recomiendo tibio, es como nosotros lo comimos en casa y estaba... mmmmmmmmm de rechupete!!!!!. Tuvo un éxito buenisimo, es una de esas recetas que sabes que vas a hacer cuando tengas invitados a los que impresionar, porque estaba realmente delicioso!!!
Espero que os guste!!!
Foto del plato terminado:

¡Encuentra todo lo que necesitas para preparar esta receta en nuestra Tienda de Canal Cocina!