Quisquillas un pelín picantes con ajoblanco de ajos encurtidos y cereza

INGREDIENTES PRINCIPALES

  • 12 quisquillas
  • 80 gr. almendra marcona pelada
  • 6 ajos encurtidos
  • 1/2 ajo crudo
  • 20 gr. pan del día anterior
  • Agua
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Unas cuantas cerezas
  • 2 dl. palo cortado
  • Una pizca de shichimi togarashi (7 especias chinas picantes)

Preparación de la receta


Para el ajoblanco de ajos encurtidos:

Ponemos las almendras a remojar durante 10 minutos antes de hacer el ajoblanco.
Ponemos en la picadora o thermomix las almendras, los ajos encurtidos, el medio ajo crudo, la miga de pan asentado del día anterior y un chorrito de agua bien fría. Turbinamos hasta hacer un puré.
Vamos añadiendo agua poco a poco hasta alcanzar las textura que queramos según nuestro gusto, más denso o más líquido.
Añadimos 2 ó 3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra en forma de hilo mientras turbinamos para emulsionar la mezcla. Ponemos a punto de sal y colamos para dejarla bien fina. Reservamos en la nevera.


Para las quisquillas:

Pelamos las colas de las quisquillas, dejando la cabeza unida al cuerpo y sumergimos en un cuenco junto con el palo cortado.
Ponemos en un cazo a calentar bastante aceite de oliva virgen extra (1/2 litro aprox.)
Ponemos un colador grande en una olla y vamos colocando las quisquillas repartidas por el colador. Vamos echando cazos de aceite bien caliente para cocinar al punto nuestras quisquillas, un cazo sobre los cuerpos y dos sobre las cabezas.


Acabado y presentación:

Ponemos en un plato hondo un poco de nuestro ajoblanco de encurtidos.
Picamos las cerezas en trozos gruesos y colocamos unos cuantos sobre el ajoblanco.
Ponemos 3 ó 4 quisquillas por persona y sobre cada una de ellas añadimos un pellizco de shichimi togarashi.


Foto del plato terminado:

Trucos

Tendremos un ajoblanco muy suave y nada picante si utilizamos los ajos encurtidos, así conseguiremos que destaque mucho más el sabor del marisco y que no predomine mucho el ajo.
Al sumergir las quisquillas en palo cortado y luego echarle el aceite caliente por encima conseguiremos caramelizar los azúcares del vino y que quede impregnado su sabor característico.
Hay que añadir el shichimi togarashi con mesura ya que es una mezcla de 7 especias picantes, pero dan un toque muy bueno.
Las cerezas refrescan el plato y lo equilibra, podemos sustituir por otra fruta que nos guste.
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