Mousse de queso curado con crujiente de pato, dulce de membrillo y aceite de especias

Para la Mousse de Queso: Lo primero que haremos será hidratar las hojas de gelatina en un recipiente con agua muy fría.

En un cazo echamos la nata líquida junto con el queso rallado y dejamos que cueza hasta que el queso se halla derretido, salpimentamos. Separamos del fuego y dejamos que se temple.

Por otro lado separamos la yema de la clara y añadimos la yema a la crema de queso cuando ésta haya templado un poco. A continuación añadimos la gelatina muy bien escurrida y removemos con varillas hasta que ésta se quede bien integrada en la crema. Batir la clara a punto de nieve e incorporar también a la crema con cuidado, lo haremos con movimientos suaves envolventes para evitar que la clara se baje.

Cuando esté todo perfectamente mezclado introducimos la mezcla en un vaso de chupito y refrigeramos (mínimo 3 horas).

Para el aceite de especias: en un mortero machacamos las especias y le añadimos el aceite de sésamo, removemos bien e introducimos en un biberón que reservaremos hasta su utilización.

Para el Crujiente de Pato: ponemos unas lonchas de jamón de pato en una sartén sin nada de aceite y dejamos que se fría, hasta que adquiera consistencia crujiente. Sacamos y reservamos.

Montaje: sacamos la mousse que teníamos en la nevera y le añadimos un poco de queso rallado (el mismo que utilizamos para la mousse), le colocamos el crujiente de jamón, unos daditos de dulce de membrillo y lo bañamos por encima con el aceite de especias.

Espero que os guste y a disfrutar.