Gachas rondeñas.

INGREDIENTES PRINCIPALES
- 250 g de harina de trigo.
- 1'5 l de leche de soja.
- 2 vasos de agua.
- 1 vaso de aceite de oliva.
- 6 cuch. soperas de azúcar morena.
- 2 cuch. soperas de matalahúva.
- 1 cáscara de naranja.
- 1 cáscara de limón.
- 1 palo de canela.
- 1 estrella de anís estrellado.
- 1 cuch. pequeña de sal.
- Unos "coscorrones" de pan frito (usamos de soja).
- 1 cuch. pequeña de canela molida.
- 2 ó 3 cuch. soperas de miel de la Serranía.
Preparación de la receta
- Ponemos la leche a calentar en un cazo, junto con las cáscaras de naranja y limón, el anís estrellado, el palo de canela y 2 cuch. grandes de azúcar moreno. Lo dejamos a fuego medio hasta que empiece a hervir. Se aparta del fuego y se reserva.
- En una sartén, echamos el vaso de aceite y freímos los "coscorrones" (así se les ha llamado aquí de toda la vida), que no queden demasiado tostados. Los apartamos y reservamos.
- Colamos el aceite y lo volvemos a poner al fuego. Echamos la matalahúva, a fuego bajo para que no se queme. Cuando empiece a desprender su aroma, agregamos la harina. Removemos bien hasta que tome un tono tostadito (pero sin quemarse) y así perderá el sabor a cruda. Añadimos un poco de sal.
- Cuando esté tostada le agregamos los dos vasos de agua fría y removemos bien para que no se formen grumos.
- Pasamos toda la masa a una cazuela de barro y le vamos agregando poco a poco la leche ya colada, que ya adquirió todos los aromas de los cítricos y especias. Removemos continuamente para que no llegue a pegarse.
- Añadimos las 4 cucharadas grandes de azúcar moreno que nos quedaban. Seguimos removiendo. El tiempo total aproximado de cocción será de unos 20 minutos.
- Se aparta del fuego y se adorna con el pan frito, un poco de canela molida y unas cucharadas de miel al gusto. Podemos ver que la consistencia es bastante espesa, ya que el pan frito se queda arriba y no se hunde.
Foto del plato terminado:

Trucos
Las gachas: un plato tradicional por estas tierras y, más aún, por estas fechas de invierno.
Desde siempre hemos escuchado a nuestras madres y abuelas hablar de ellas, pero nunca habíamos llegado a probarlas (al menos, no nos acordamos), y tampoco las habíamos preparado.
Hemos estado hablando con personas mayores de aquí; hemos averiguado que había otra versión salada, con panceta, chorizo, chicharrones... Pero nosotros optamos por la dulce. Y como cada persona tiene su modo particular de prepararlas, hemos realizado una "fusión" de varias versiones.
Y como sello personal, la hemos hecho totalmente vegetariana, ya que la leche animal la hemos sustituido por leche de soja.
Lo dejamos en la misma cazuela de barro, en el centro de la mesa, y la comimos al estilo antiguo, como suele decirse por aquí: "Cuchará y paso atrás". A nosotros nos pareció un plato delicioso, lleno de los aromas sencillos, ancestrales, de las especias y cítricos. Lo acompañamos con un vasito de vino moscatel.
Y a nuestros hijos (que a veces son reacios a nuestros "experimentos"), también les gustó: a unos más que a otros, pero los tres comieron. Y seguro que cuando sean mayores andan tras de nosotros para pedirnos la receta...
Fue plato único y no quedó nada. Después hubo que "reposarlas", porque, como también se dice por estas tierras: "Jarto de gachas, ¿quién se agacha?"
¡Encuentra todo lo que necesitas para preparar esta receta en nuestra Tienda de Canal Cocina!