Tarta fría de mousse de café

Base:
Tritura la galleta. Puedes hacerlo con tu picadora de mano o con un mortero. no hace falta que te quede pulverizada.
Añade el chocolate y la mantequilla a temperatura ambiente y mezcla hasta que esté todo bien integrado.
Echa la mezcla en un molde desmontable dónde vayas a cuajar tu tarta fría y extiendela bien. Para que quede uniforme, puedes ayudarte con una cuchara o con tu mano.
Ponlo a enfriar en la nevera y mientras haz el resto de la elaboración.

Mousse de café:

Hidrata la gelatina en agua fría durante 5 minutos y a continuación mézclala con el café caliente. Remueve hasta su completa disolución. Añade el queso y y vuelve a mezclar hasta que esté todo bien integrado y obtengas una crema de café. Reserva.

Mezcla el azúcar glass con la nata y móntala hasta que quede dura y firme. Ten en cuenta de que contra más fría esté la nata mejor te montará. Yo siempre la meto 10 minutos antes en el congelador.

Ves añadiendo a la nata poco a poco la crema de queso con café que habías reservado. Hazlo con movimientos suaves y envolventes para qué no pierda la firmeza.

Vierte la crema en el molde. Cuando la hayas echado del todo da unos pequeños golpecitos sobre la superficie con el molde para evitar las burbujitas de aire y para que quede nivelada. Guarda en la nevera durante un par de horas (o en el congelador de media a una hora)

Mientras enfría, funde chocolate al baño maría o en tu microondas, mételo en una manga pastelera con la boquilla muy fina y sobre un papel sulfurizado ves haciendo el dibujo que irá sobre la tarta. Ten en cuenta el diámetro para que no te quede ni muy grande ni muy pequeño. As también algunos pequeños botones para ponerlos en los laterales. Mételo en la nevera para que enfríe junto a la tarta.

A la hora de servirla, desmolda y decora. Solo tienes que despegar el chocolate del papel sulfurizado, que al estar frío prácticamente se despega solo, y ponerlo encima de la tarta y los botones alrededor.

¡¡Deliciosa!!