Roscas de jueves santo

Con 24 horas de antelación preparar la masa madre. Amasar un poco de levadura con un par de cucharadas de harina y un chorrito de agua.

Al día siguiente, en un recipiente suficientemente grande (al reposar la masa inicial se doblará), se van añadiendo los ingredientes gradualmente. Se puede empezar revolviendo con una cuchara de palo, pero en algún momento será necesario usar las manos.

Primero mezclamos la harina (reservamos una poca para añadir a mitad de amasado) y los huevos; después, la mantequilla y la masa madre; a continuación, el azúcar; y por último; se diluye una cucharadita de sal y la levadura en un poco de agua tibia y se incorpora a la masa.

Amasar durante al menos 20 minutos.

Se deja reposar la masa bien tapada con unos trapos de cocina (se pueden calentar), tanto por encima como por debajo del recipiente, hasta que doble su volumen. Lo ideal es hacerlo de un día para otro.

Una vez alcanzado su tamaño final, precalentar el horno a 200ºC y después repartir la masa en unas 4 roscas.

Para hacer la forma, se puede hacer un agujero en el centro de cada trozo o unir tiras. Se pueden preparar varias bases de papel vegetal (es más limpio que poner directamente sobre la bandeja) y así, cuando sacamos una rosca del horno metemos la siguiente, sin que este pierda calor.

Antes de meter al horno pintarlas con huevo batido.

Dejar cocer durante 30 minutos. Si el huevo se tuesta demasiado cubrir con papel de plata.