Pastel de chocolate con mantequilla salada

En un bol ponemos el chocolate en trozos junto a la mantequilla salada y lo metemos en el microondas para fundirlos. Yo lo voy haciendo a 600w, sacándolo a intervalos de 30 segundos y removiendo, para vigilar muy bien. En este paso hay que tener cuidado porque el chocolate se quema fácilmente en el microondas, aunque acompañado de la mantequilla es menos arriesgado.
Precalentamos el horno a 180°C, con calor arriba y abajo.

Separamos las yemas y las claras de huevo con cuidado. En otro bol mezclamos el azúcar con las yemas de huevo y lo batimos muy bien con unas varillas. Reservarlo.

A continuación montaremos las claras de los huevos a punto de nieve, para lo que necesitaremos un robot de cocina, thermomix, kitchen aid o una buena batidora de varillas. Si os atrevéis podéis hacerlo a mano…
Las claras deben quedar consistentes, pero no hace falta que estén demasiado firmes.

Cogemos el bol con el chocolate y le agregamos las yemas con el azúcar reservadas, mezclando todo muy bien, removiendo suavemente hasta integrarlo.
Ahora añadimos una parte de las claras y suavemente mezclamos con una espátula. Una vez incorporado agregamos el resto de las claras y repetimos la operación.

Por último, vamos a añadir la harina y volvemos a remover con la espátula suavemente.
No batiremos, sólo mezclamos con cuidado.

Preparamos un molde bajo de unos 18 cm de diámetro, engrasándolo con un poco de mantequilla y poniendo un papel de horno en la base para que sea fácil luego sacarlo. En este pastel, la parte superior que nos queda en el molde será efectivamente lo que se vea de la tarta.

Volcamos toda la masa en el molde y lo introducimos en el horno durante 20 minutos.
Quedará por arriba una capa dorada y crujiente, pero el interior estará cremoso y jugoso, lo que le conferirá a esta tarta una textura y un sabor mágicos.