Pan de vino y nueces

INGREDIENTES PRINCIPALES
- 175 gr. nueces troceadas
- 250 ml. vino tinto
- 150 gr. masa madre (explicada más abajo)
- 150 gr. harina integral de trigo
- 350 gr. harina de fuerza
- 3 gr. evadura seca de panadería
- 10 gr. sal
Preparación de la receta
Masa madre:
Para hacer nuestra propia masa madre, mezclamos partes iguales de harina y agua en un tarro grande con tapa - 75 gr. de cada estaría bien.
Dejamos el frasco en algún lugar cálido y la alimentamos echando partes iguales de agua y harina durante 5 días.
Al cabo de los 5 días deberíamos ver un burbujeo y estará lista para realizar nuestro pan del amor.
Si la alimentáis todos los días y la guardáis en un lugar cálido podéis dejarla en herencia a vuestros hijos o nietos.
*Ya sé que estaréis pensando que es mucho trabajo, pero ¿Quién dijo que fuera fácil?
Pan de vino y nueces:
La noche anterior a la preparación del pan, colocamos las nueces troceadas en una fuente honda y las cubrimos con el vino tinto.
Tapamos la fuente con film transparente y dejamos reposar toda la noche.
Por la mañana colamos las nueces y las reservamos
Medimos el vino restante y lo completamos con agua hasta llegar a los 300 ml.
Añadimos la masa madre, que habremos elaborado con tanto cariño y trabajo y mezclamos hasta que se disuelva en el vino.
Vertemos las harinas y le damos un primer amasado, lo dejamos reposar durante una hora para que nos sea más fácil el amasado posterior.
Pasado el tiempo echamos la levadura por encima de la masa y la envolvemos dejándola reposar 5 minutos para que se hidrate.
Amasamos bien hasta lograr una masa elástica.
Añadimos la sal y seguimos amasando cinco minutos más. La masa tendrá un color borgoña precioso.
Ponemos ahora las nueces que habíamos reservado. Nos costará trabajo distribuirlas por la masa pero con paciencia la masa se irá acomodando y envolverá las nueces.
Hacemos una bola y la colocamos en una fuente honda ligeramente aceitada.
Tapamos la fuente con un paño limpio y húmedo (para que no se nos pegue la masa al crecer)
Dejamos fermentar en un lugar cálido (debajo de un radiador o en una silla al lado del horno que se está precalentando) hasta que la masa haya doblado su volumen
Enharinamos la encimera y dividimos la masa en dos partes iguales (salen dos panes), hacemos bolas que dejaremos fermentar por segunda vez hasta que al presionar la masa con los dedos tarde unos tres segundos en volver a su forma.
Calentamos el horno a 250 grados.
Ponemos los panes en la bandeja del horno (yo lo hago en dos veces, ya que mi horno de casa no es muy grande).
Greñamos los panes, osea les hacemos un dibujo con un cuchillo que corte muy bien para no destrozar la masa y horneamos unos 60 minutos (sabremos que el pan está, cuando al golpearlo con una cuchara de madera suene hueco).
Sacamos del horno, dejamos enfriar sobre una rejilla y lo reposamos varias horas antes de cortarlo.
Bien ahora os toca a vosotros poner el punto especial...
*Está delicioso cortado en rebanadas finas y ligeramente tostado. Lo podemos acompañar de una fantástica Crème Brûlée de foie o de una tabla de quesos, frutas y mermeladas.
Foto del plato terminado:

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