Caldo de pollo asado con huevo a 63º

Asar el pollo.

Se calienta el horno a 200º. En una bandeja de barro se pone media cebolla cortada en juliana y dos dientes de ajo aplastados con el cuchillo, encima el pollo salpimentado (los dos cuartos y las alitas). Se riega todo con el vino blanco y medio vaso de agua. No le pongo nada de aceite.

Yo siempre los pongo primero con el lado de la piel hacia abajo, los tengo así media hora y les doy la vuelta, lo dejo otra media hora y después subo algo la temperatura del horno para que se dore la piel.

En 1 hora y 15 minutos está listo y con la piel bien crujiente. Si veis que se va quedando algo seco se le puede ir añadiendo más agua.

Para esta receta, separamos el hueso de la carne de los dos cuartos. Esta carne nos la comemos regada con algo de la salsita o la usamos para hacer otra receta, y los huesos, la piel y las alitas las usamos para hacer el caldo.

Preparamos el caldo de pollo asado.

En una olla ponemos la verdura lavada y pelada (zanahorias, puerro y la media cebolla que nos queda), los huesos y la piel de pollo que hemos reservado para el caldo, el jugo del pollo asado y la soja. Le damos un calentón a todo junto y añadimos agua hasta cubrir. Añadir el clavo.

Dejar cocer todo junto durante unos 35 minutos, no a fuego muy fuerte, mejor a fuego medio. Pasado este tiempo probar y, si es necesario añadir sal.

Colamos nuestro caldo y lo tenemos listo.

Huevo a baja temperatura.

Llenar un cazo con agua y calentarla hasta conseguir una temperatura de 63º, esta temperatura la debemos mantener durante todo el tiempo de cocción de los huevos.

Introducimos los huevos, no metáis los justos, introducir uno o dos más por si alguna yema se os rompe al abrirlos. Cocerlos en el agua a 63º durante 30 minutos.

Una vez haya pasado el tiempo enfriarlos.

Picatostes.

Quitar la corteza a las rebanadas de pan. Partir la miga en cubos más o menos regulares.

En una sartén calentar aceite e introducir los cubos de pan. Dorarlos con cuidado de que no se quemen. Reservar encima de un papel absorbente para quitar el exceso de aceite.

Emplataremos en un plato hondo.

Quitamos la cáscara de los huevos y ponemos, con cuidado, cada uno de ellos en un plato. Salamos, en mi caso les he puesto sal del Himalaya, pero podéis usar la que queráis.

Por el plato poner unos picatostes y, encima del huevo unos brotes de cebolla, le darán un toque fresco.