Albóndigas caseras con salsa de curry y manzana

Corta una rebanada de pan (de unos 3-4 dedos de grosor), quítale la corteza y pon la miga en un recipiente cubierta de leche. Déjala un par de minutos.

Echa la carne picada en un bol, añade la miga de pan escurrida, el huevo, el perejil machacado y una pizca de sal.

Pica un diente de ajo e incorpora. Ahora es el turno de las especias (añade la cantidad que desees de cada una): pimienta, pimentón, tomillo y comino. Vierte un chorrito de aceite.

Remueve la mezcla con las manos hasta que se integren todos los ingredientes. Haz bolitas pequeñas y dale forma a las albóndigas (te puedes ayudar con un vaso para hacerlas más redondas). Pásalas por un poco de harina antes de freírlas.

En una sartén, pon aceite de oliva (un buen chorro) y fríe las albóndigas a temperatura media-alta (el aceite tiene que estar bien caliente).

Una vez fritas, colócalas en un plato con un papel de cocina para que dejen todo el aceite. Reserva mientras preparas la salsa de curry.

Para la salsa de curry: en una cazuela baja, añade tres cucharadas de aceite de oliva. Pica el diente de ajo y la cebolla en trocitos muy pequeños y sofríelos.

Parte las setas y añádelas a la mezcla. Deja cocinar unos 10-15 minutos, removiendo de vez en cuando.

Pela la manzana y rállala. Añade a la cazuela. Vierte tres o cuatro cucharadas de curry (es mejor que las añadas poco a poco, dependiendo de tu gusto). Echa una pizca de sal.

Introduce las albóndigas en la cazuela y añade un vaso de vino blanco. Cubre con caldo de pollo y tapa la cazuela. Deja hervir para que reduzca el alcohol, unos 15 minutos a fuego medio-bajo para que no se peguen. Si la salsa se queda muy líquida, añade una cucharada de harina para espese.