Pastel de tiramisú

Empezaremos por separar las yemas de las claras, añadimos el azúcar a las yemas y las batimos muy bien hasta blanquearlas. Ya blanqueadas añadimos el queso y volvemos a batir.

Montamos las claras a punto de nieve.

Ya montadas las claras las vamos añadiendo poco a poco a las yemas con el queso, sin batidora, a mano y con con movimientos envolventes. Hasta que quede todo bien integrado.

Comenzamos a montar la tarta.

Colocamos en un molde de presentación del tamaño de los mostachones una capa con un mostachón en el fondo y los mojamos muy bien de café. Ponemos la mitad de la mezcla de queso, la estendemos bien por toda la tarta. Volvemos a cubrir con otro mostachón y lo mojamos también con el café. Repetimos así hasta obtener todas las capas cubiertas.

Ya con la última capa de mostachón cubriendo toda la tarta, tapamos con el resto de la mezcla de queso procurando dejarlo muy liso. Por último, con la ayuda de un colador añadimos cacao en polvo a toda la tarta.

Metemos al frigorífico un mínimo de 6 horas, aunque queda mejor la tarta si la hacemos de un día para otro.

Después de varias horas en el frigorífico, quitamos el aro de presentación y yo para que quedara más presentable, con un aro un poco más pequeño, corté la tarta para igualarla y la adorné con unos frutos del bosque frescos y ya se puede servir la tarta.