Pan de centeno con fruta deshidratada y alcaravea

En un bol ponemos las semillas de alcaravea con las frutas deshidratadas. Reservamos. Por otro lado mezclamos los dos tipos de harina y los frotamos con la levadura. Si haremos el pan a máquina, pondremos la mezcla en el bol de la amasadora, agregaremos el agua y la sal, y amasamos, primero dos minutos a velocidad baja hasta integrar todos los ingredientes, después otros seis o siete minutos a temperatura media alta y justo antes de terminar de amasar, agregamos la mezcla de frutas y alcaravea, y seguimos amasando hasta obtener una masa lisa y elástica. Si lo haremos a mano, haremos un volcán con la mezcla de harinas, en el centro iremos poniendo el agua y la sal, y amasaremos unos 10-12 minutos hasta obtener una masa elástica y lisa, agregando la mezcla de fruta y alcaravea un poquito antes de terminar de amasar. Ponemos la masa en un cuenco, cubrimos con un paño y dejamos reposar durante una hora.

Una vez haya reposado la masa, la volcamos cuidadosamente con una rasqueta sobre una superficie enharinada ligeramente. La dividimos en dos partes y formamos bolas con ellas, que cubriremos con un paño y dejaremos reposar unos 10 minutos. Modelamos cada bola con la forma del pan, en mi caso ovalado, debe ser compacto. Enharinamos un paño generosamente y colocamos los dos panes, con la junta hacia arriba, haciendo un pliegue en el paño para que no se toquen los panes al levar. Cubrimos con otro paño y dejamos levar durante una hora, o hasta que hayan doblado su volumen.

Precalentamos el horno a 250ºc. Una vez terminado el levado, volteamos los panes y los colocamos sobre una placa de horno enharinada. Hacemos unos cortes con una navaja o cuchillo muy afilado. Humedecemos el interior del horno con un vaporizador de agua o ponemos un recipiente apto para horno con un poco de agua caliente, en el fondo del horno. Llevamos la bandeja con los panes al horno, y bajamos la temperatura a 220ºc. Horneamos durante 25-30 minutos, o hasta que al golpear la base con los nudillos nos suene hueco. Los sacamos a enfriar en una rejilla.