Donuts al horno (sin molde)

Si como a mí os encantan los donuts y preferís evitar freírlos (a parte de hacerlos más grasos a mí me encanta el sabor que tienen horneados) pero no disponéis de moldes esta receta es la que estáis buscando. Empezamos disolviendo la levadura de panadería en agua tibia.

Añadimos la mitad de la harina y batimos a velocidad media. Dejamos reposar la masa unos minutos antes de añadir la leche y seguir batiendo.

Mezclamos la harina restante con el azúcar y añadimos poco a poco, hasta que la masa quede bien integrada.

Añadimos, poco a poco, las cuatro yemas de huevo, la sal y la mantequilla. Lo ponemos en un bol, añadimos un chorrito de aceite de oliva que recubra la masa. Cubrimos con film transparente y dejamos reposar unas tres horas hasta que al menos doble su tamaño.

Una vez pasado el tiempo, encendemos el horno a 180 grados.
Espolvoreamos con harina la superficie de trabajo para que no se nos queden pegados y amasamos. Con un cortador o incluso con vasos de diferentes tamaños damos forma a nuestros donuts y los dejamos unos minutos en la bandeja del horno antes de meterlos.

Horneamos unos diez minutos o hasta que empiecen a tostarse y les damos la vuelta para que se hagan por los dos lados.

Una vez fríos, hacemos el glaseado: Mezclamos el azúcar glass con una cucharada o dos de leche, que quede muy muy espeso. Añadimos colorante (yo me decidí por el rosa que aunque no es mi color favorito me parece muy "comestible"). Sumergimos una cara de los donuts en el bol con el glaseado y los dejamos secar en una rejilla de horno. (¡Con papel de cocina por debajo para no hacer un estropicio en la cocina!)

Usando otro color de glaseado o srpinkles podemos decorar nuestros donuts haciendo diseños más divertidos e irresistibles.