Cupcakes de choco-calabacín con cobertura de dos chocolates

Empezamos con el bizcocho
Precalentar el horno a 180 grados.
Picar el calabacín hasta que quede con textura de puré.
Mezclamos el azúcar y el aceite
Y vamos incorporando los huevos uno a uno

Tamizamos la harina, el bicarbonato, la levadura, el cacao y la sal y lo incorporamos a la masa
Añadimos por último el puré de calabacín y la esencia de vainilla.

Una vez tenemos la mezcla homogénea, llenamos las cápsulas en dos tercios de su capacidad.
Horneamos a 180 grados unos 25-35 minutos dependiendo de vuestro horno. Ya sabéis el truco del palillo, si pinchamos y sale limpio es que ya está cocido.
Dejamos enfriar cinco minutos y pasamos a rejilla para que se enfríe del todo. Es importante que se enfríe sobre una rejilla porque sino las cápsulas de papel se despegan.
Veréis que el bizcocho queda muy esponjoso, es gracias al puré de calabacín. Es un bizcocho no muy dulce y bastante chocolateado.

Vamos a endulzarlo un poquito con las cremas de chocolate... Vamos a ello!
Primero tamizamos el azucar glass y le añadimos la mantequilla en pomada (a temperatura ambiente).
También añadimos las dos cucharadas de leche y la cucharadita del extracto de vainilla. Podéis usar cualquier tipo de leche, la que tengáis abierta, en este caso yo he utilizado una leche de soja light.
Mezclamos bien todos estos ingredientes al menos cinco minutos. Una vez obtenida la textura cremosa y la mantequilla esté bien blanqueada, separamos la masa en dos partes iguales.

Calentamos el chocolate blanco y el chocolate negro al microondas para derretirlos y los dejamos a temperar. Es mejor poner pocos segundos en el microondas y hacerlo poco a poco para que el chocolate no se queme, especialmente el blanco.
Una vez atemperado, agregamos cada tipo de chocolate a una mitad de la masa anterior y batimos bien durante dos o tres minutos más. Acordaros de rebañar bien los bordes para que la crema quede bien integrada.

De esta manera, conseguiremos dos cremas de dos chocolates diferentes, la crema de chocolate blanco y la crema de chocolate negro.

Pondremos cada una de estas cremas en una manga pastelera con la punta cortada y a su vez, introduciremos estas mangas dentro de una tercera manga con boquilla. De esta manera, cuando presionemos la manga saldrá mitad y mitad de cada crema consiguiendo el efecto de frosting de dos colores. En este caso he utilizado una boquilla de estrella cerrada, pero podéis utilizar la que más os guste.

Para finalizar la decoración aplicamos unas piedrecitas de chocolate metalizado crujiente que combinan perfectamente con los colores de nuestros cupcakes y sobretodo con el sabor, a parte de darle ese toque "crunch".
Aunque estos cupcakes lleven verdura, no se aprecia para nada en su sabor y le da una esponjosidad espectacular, quedando unos bizcochos muy ligeros.
Espero que os guste y los disfrutéis ;-)