Profiteroles rellenos de nata con sirope de chocolate

El primer paso es tamizar la harina, sí, ya sabéis, ese proceso en el cual pasamos la harina por un colador para eliminar cualquier impureza o grumo. Una vez tamizada, reservamos.

A continuación, ponemos a hervir en un cazo todos juntos los siguientes ingredientes: Agua, leche, azúcar, sal y mantequilla.

Una vez haya logrado su punto de ebullición, retiramos del fuego.

Le añadimos de golpe la harina que teníamos reservada y mezclamos hasta conseguir una masa que se desprenda de las paredes de nuestro cazo (Si se utiliza una espátula de madera, mejor).

Volvemos a poner el cazo con la masa del interior a fuego lento durante un minuto para que se cocine un poco la harina (estar al tanto de que no pegue).

Una vez pasado el minuto, retiramos del fuego, dejamos entibiar y añadimos uno a uno los 4 huevos, es decir, añadimos uno y mezclamos hasta que quede bien integrado, luego añadimos el segundo y así hasta el cuarto. El resultado final será una masa bastante consistente.

Introducimos nuestra masa en una manga pastelera y sobre la bandeja del horno ponemos la cantidad equivalente a una nuez pequeña y con una separación suficiente ya que hinchará. (Aconsejo poner sobre la bandeja del horno papel vegetal o un tapete de coción).

Precalentamos el horno a 200°C y los horneamos durante 15-20 min (A mi me salen perfectos a 20 minutos) a esta misma temperatura con la función arriba y abajo. Ir controlandolos de vez en cuando para que no se nos quemen ya que cada horno es distinto.

Transcurrido este tiempo, los sacamos del horno y los dejamos enfriar.

Una vez fríos, les realizaremos un corte longitudinal e introduciremos la nata montada (Aquí podéis utilizar cualquier variante).

Por último solo nos quedaría emplatar y decorar con un rico sirope de chocolate que le da mucho juego a esta receta.