Jardín zen matcha
INGREDIENTES PRINCIPALES
- 1 Huevo
- 165g Azúcar
- 145gr Harina
- 185gr Queso mascarpone/ philadelphia
- 87,5ml Nata líquida
- 20gr Té verde
- 7gr Gelatina en polvo
- 60gr Coco deshidratado
- 100gr Copos avena
- 125gr Mantequilla
- 2 cucharadas Miel
- 1 cucharada Agua caliente
- 1/2 cucharada Bicarbonato sódico
- 50g Chocolate blanco
- gusto Esencia de Vainilla
- / Agua caliente
- 50ml Leche coco
- / Jengibre en polvo
- 1 hojita menta
- frambuesa
Preparación de la receta
Lo primero que debemos hacer es mezclar los dos tipos de quesos, mascarpone y queso tipo philadelphia con una batidora pastelera ( puede ser manual aunque automática es más fácil). Una vez vemos que los dos quesos están completamente unidos y cremosos, añadimos unas gotas de esencia de vainilla al gusto. Le añadimos también el huevo y mezclamos hasta conseguir una masa homogénea. Seguidamente añadimos la nata líquida, y poco a poco y mientras batimos, el azúcar ( es importante que se disuelva bien).
Es hora de preparar nuestro té, calienta un culito de agua en una taza, y disuelve ahí 10 g de té verde matcha. Una vez disuelto, lo agregamos poco a poco a la mezcla, sin dejar de batir. Esto se debe a que el sabor del té se potencia en contacto con el agua caliente, ¿ y nos interesa tener too su sabor!
Finalmente añadimos el harina tamizandola, y los 7 gramos de gelatina en polvo ( previamente disueltos en un culito de agua caliente). Mezclamos bien con cuidado de que no queden grumos.
Vertemos la mezcla sobre un emplatador redondo, de unos 10 cm de diametro, 5cm de profundidad ( obviemente esto queda al gusto), colocado sobre un plato recubierto de papel vegetal. Colocamos el cheescake en la nevera y esperamos un mínimo de 3 horas.
Ahora vamos con la tierra de nuestro jardín zen, para ello debemos antes hornear las galletas y después desmigajarlas. Primero precalentamos el horno a 180º C.
Seguidamente, en un bol, combinamos los copos de avena, la harina, el coco rallado y el azúcar y reservamos. Ahora toca derretir la mantequilla en un cazo, le añadimos la miel, y las cucharadas de agua caliente, una vez este todo unido, añadimos el bicarbonato sódico, esto provocara una reacción similar a la espuma, y aumentará su volumen x3. En cuanto veamos que ha triplicado su tamaño ( cuestión de 4 segundos) lo retiramos del fuego y lo vertemos en la mezcla hasta que se integren bien los ingredientes, si es necesario amasando. Si la masa resultase demasiado seca, podemos añadir unas cucharaditas de leche para contrarrestarlo.
Formamos las galletas dándoles forma de bola del tamaño de una nuez y las vamos colocando, separadas unas de otras, sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal. ¡Cuidado! Es importante que hayas colocado las bolitas separadas unas de otras y porque crecen durante el horneado.
Horneamos las galletas durante 7 a 12 minutos aproximadamente. Aconsejo hornear unas durante menos tiempo que otras, ya que así conseguiremos dos colores de galletas, que nos ayudarán a conseguir una sensación más parecida a la tierra.
Dejamos enfriar las galletas, mínimo durante 30 min, y después las picamos con batidora, otra vez es interesante picar unas más que otras, puesto que así no sólo tenemos colores de tierra, sino que texturas distintas.
Ahora nos faltan nuestras rocas para el jardín, que en realidad son simples trufas de chocolate blanco y té verde. Simplemente derretimos al baño marina el chocolate blanco y la nata líquida. Una vez derretidos y bien mezclados lo colocamos en un bol y lo metemos en la nevera. Debemos esperar a que el pastel este cuajado antes de seguir, ya que aunque el chocolate este frío pierde consistencia con facilidad.
Preparamos un plato plano con el té verde espolvoreado y reservamos. Cuando la mezcla esté bien fría y dura, con las manos creamos formas similares a rocas, y lo rebozamos en el polvo de té verde matcha.
Por último la espuma de coco y jengibre. Para este paso necesitamos un sifón, pero si no teneís uno con un turmix podemos conseguir algo similar.
Con sifón simplemente introducimos la leche de coco, el polvo de jengibre ( al gusto) y mezclamos. Dejamos enfriar en la nevera, cuando este frio introducimos la carga y reservamos para emplatar.
Con turmix ponemos en un bol la leche de coco y e jengibre y batimos, vereis que en la superficie crea espumita, pero no es tan resistente.
Ya hemos llegado al momento más importante, el emplatado.
Primero colocamos una redonda de galleta picada de un poco más del tamaño del cheescake, y lo desmoldamos encima.
Continuamos montando el jardín, creando una curvo que acabara en otra redonda ( se pueden usar un vaso para crear una redonda perfecta). Dentro de esta redonda colocamos las rocas de chocolate blanco.
Espolvoreamos sobre el cheescake té verde, añadimos la espuma de coco y jengibre, y para decorar una frambuesa y una hojita de menta.
Podemos además rastrillar la tierra de galleta, esto le da un toque especial al jardín.
¡Et voilà! ¡Podéis probar a crear distintas formas de jardín! ¡Un plato con sabores asiáticos y con estética asiática para sorprender a los más duros!
Foto del plato terminado:
Trucos
Este plato me dejo a las puertas de un importante concurso, os aseguro que vale la pena la combinación de texturas suaves y crujientes, de sabores y colores.¡Encuentra todo lo que necesitas para preparar esta receta en nuestra Tienda de Canal Cocina!