Helado de nieve (el favorito de la reina elsa)

Pon en un cazo a fuego suave la leche, la nata y el anís estrellado para que infusionen.

En un cuenco aparte, bate las yemas de huevo con el azúcar hasta que tengan un tono blanquecino. En este momento, añádelo a la mezcla que tienes al fuego y remueve hasta que espese un poco, pero sin dejar que llegue a hervir.
Añadimos la cucharada de miel, que ayuda a que no se formen cristales durante la congelación. SI lo preferimos, podemos sustituir parte del azúcar por azúcar invertido y no añadir la miel.

Cuando la mezcla haya espesado, la colamos y la ponemos en un cuenco donde la dejaremos tapada (para que no forme costra) hasta que se enfríe.
Cuando ya no esté caliente, la metemos en el frigorífico durante al menos 8 horas.

Una vez la mezcla está bien fría, la ponemos en la heladera unos 30 o 40 minutos (siguiendo las instrucciones del fabricante) hasta que el helado esté hecho.
Si no tenemos heladera, podemos llevarlo al congelador y sacar cada media hora para batirlo, haciendo esto 3 veces para evitar que queden cristales y el helado quede cremoso.