Helado de café

Ponemos a calentar en una cacerola la leche, el café y 250 ml. de nata líquida. Sin dejar que hierva, mantenemos la cacerola a fuego medio durante 20 minutos aproximadamente. Tiene que haber espesado un poco la mezcla.

En un bol mezclamos las yemas, el azúcar y los 125 ml. de nata restantes y batimos hasta obtener una mezcla homogénea.

Pasados los 20 minutos, retiramos el cazo del fuego y añadimos 125 ml. de la mezcla caliente al bol donde teníamos las yemas con el resto de ingredientes, y batimos con unas varillas hasta que esté todo totalmente integrado.

Echamos la mezcla anterior de nuevo en el cazo y lo llevamos al fuego, esta vez lo pondremos a fuego lento y con una cuchara de madera removeremos constantemente durante aproximadamente 5 minutos. La mezcla no debe hervir en ningún momento.

Pasamos la mezcla por un colador y la tapamos con film transparente pegado a la crema para evitar que forme costra. Dejar que se enfríe e introducir en la nevera durante 3 horas como mínimo.

Si tienes heladera, sigue las instrucciones del fabricante, pero si no la tienes no te preocupes porque vas a conseguir igualmente un cremoso helado de café introduciendo el recipiente donde tengas la mezcla en el congelador durante una hora. A partir de entonces, cada 30 o 40 minutos debemos sacarlo y batirlo enérgicamente con un batidor o con unas varillas y lo volveremos a introducir en el congelador. Y así hasta llegar a tres horas. Si le vamos a poner trocitos de galleta, chocolate o frutos secos, se lo añadiremos cuando la mezcla empiece a estar congelada pero no lo suficiente como para formar bolas. Los distribuiremos bien con una espátula para que queden bien integrados por todo el helado.