Fougasse de ajo

Elaboración:

En un bol mezclaremos la harina con la sal, el aceite de oliva, el diente de ajo picado y removeremos con una cuchara de madera para que se mezclen bien todos los ingredientes. De los 300 ml de agua, reservaremos unos 50 ml en los que disolveremos la levadura.

Picaremos muy finamente 2 o 3 dientes de ajo y los dejaremos macerar en un poco de aceite de oliva, que luego utilizaremos para pintar las fougasses.

Añadiremos los 250 ml de agua en el bol poco a poco, y cuando la harina haya absorbido gran parte del agua, añadiremos la levadura disuelta.

Seguiremos moviendo para que la levadura se incorpore al resto de los ingredientes, y cuando veamos que todo está bien integrado, dejaremos reposar la masa tapada con un trapo unos 90 minutos.

Pasado este tiempo, volcaremos la masa en la encimera o mesa de trabajo anteriormente enharinada, y la amasaremos hasta que ya no se nos pegue en las manos. En el amasado, doblala sobre si misma para que vaya cogiendo aire.

Pesa la masa y divídela en porciones de unos 200 gramos y dales forma de bola. Déjalas reposar 10 minutos tapadas con un trapo.

Estira las piezas de masa hasta que tengan un grosor de 1,5 cm, y déjalas fermentar en un sitio cálido durante 1 hora.

Precalienta el horno a 250º y coloca una bandeja o molde refractario y coloca en ella agua para crear vapor en el amasado ( este paso es optativo, pero el agua crea una corteza que le da un sabor y un aspecto más crujiente).

Una vez fermentadas las fougasses, les haremos unos cortes profundos con un cuchillo y separaremos la masa para abrir los agujeros, como si fueran una careta.

Las iremos depositando en una bandeja de horno con papel vegetal y las hornearemos durante 25 minutos con calor abajo y ventilador, o hasta que al golpear en la base, suene hueco.

Una vez sacadas del horno, las dejaremos enfriar en una rejilla, y aún calientes, las pintaremos con la mezcla del aceite de oliva y los dientes de ajo, que hemos tenido macerando.