El Pozo

Falso "coulant"

INGREDIENTES PRINCIPALES

  • 2 Huevos camperos
  • 180g Harina floja
  • 120g Mantequilla
  • 180g Azúcar blanca
  • 2 Cucharaditas de extracto de vainilla
  • 1 Cucharadita de levadura química
  • 100ml Leche
  • 4 Cucharadas de mermelada de frambuesa
  • 200ml Agua
  • 3 Hojas de gelatina neutra
  • Sirope de chocolate

Preparación de la receta


Ponemos las hojas de gelatina neutra a hidratar en agua fría. Mientras se hidratan ponemos los 200ml de agua y las 4 cucharadas de mermelada de frambuesa a hervir en un cazo. Cuando haya reducido hasta tener una consistencia parecida a un sirope flojito separamos del fuego y, sin dejar de remover, añadimos una a una las hojas de gelatina.


Cogemos una cubitera (o bombonera) y la rellenamos con la gelatina de mermelada. Metemos en el congelador entre 40 y 60 min.


Ahora vamos a preparar la masa de nuestros bizcochos. En un bol mezclamos la harina con la levadura y lo dejamos separado.


En otro bol vamos a echar la mantequilla, la podemos calentar un poco para trabajarla mejor pero sin que quede líquida, añadimos el azúcar y batimos hasta que este intregado. Una vez que el azúcar este bien mezclado añadimos los huevos y la leche y los integramos también.


Ahora ya vamos a incorporar la harina, poco a poco y mezclando sin mucha fuerza, mejor a mano que con máquina. Cuando la masa sea homogénea echamos las dos cucharaditas de extracto de vainilla y removemos para que se reparta bien.


Precalentamos el horno a 170ºC y mientras coge temperatura vamos llenando los moldes (yo usé moldes de aluminio para flanes). Llenamos un tercio del molde de masa, con una cucharita cogemos un cubito de la gelatina que hemos preparado y lo ponemos en el medio y cubrimos otro tercio del molde con masa. Da para 10/12 unidades.


Horneamos unos 20 min. Hay que tener en cuenta que no se tienen que tostar, van a quedar muy blanquitos. Para comprobar si están hechos los podemos pinchar pero en un lateral para evitar atravesar la mermelada.


Los sacamos del horano y los dejamos templar sobre una rejila, sin que enfríen del todo pero que podamos manejarlos bien con las manos. Desmoldamos los que vayamos a servir en ese momento y los cubrimos con sirope de chocolate para darle aspecto de coulant.


Los servimos templados para que al comerlos la mermelada salga semi-líquida. Si sobran se pueden comer fríos, la mermelada seguirá dándole jugosidad pero no estará tan líquida como recién hechos (ver foto).


Foto del plato terminado:






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