Dulce de leche tradicional

Ponemos una sartén grande a fuego lento con la leche. También podéis utilizar una olla. Pero yo prefiero utilizar una sartén porque es más amplia y me ayuda a que el dulce de leche se cocine mejor. Independientemente de lo que utilicéis, la olla o sartén tienen que ser antiadherente. De lo contrario, el dulce de leche se pegará y se quemará.

Añadimos el azúcar, la vainilla y el bicarbonato. Y ya solo nos queda remover y remover… Así que, tened paciencia que el resultado final vale la pena.

A los 10 minutos la leche empezará a espumarse. Pero en un par de minutos la espuma irá desapareciendo.
A los 30 minutos empieza a tener un poquito de color.
A los 45 minutos, ya tiene un color marroncito y la leche se ha reducido a la mitad.
A los 60 minutos, ya tenemos una mezcla un poco más espesa

A la hora y media, podemos hacer una prueba de espesor. Ponemos un poquito de dulce de leche en un plato y lo inclinamos para ver como cae. Este ya tiene el punto de sirope de dulce de leche. Pero yo lo quiero más espeso, para untar galletas o tostadas y rellenar cupcakes.

A la hora y tres cuartos volvemos a hacer la prueba del espesor. Tened en cuenta, que cuando el dulce de leche enfríe, estará más espeso de lo que se ve ahora. Por eso, recomiendo dejar un poquito de dulce de leche aparte para que se enfríe un poco. Podemos pasar la cuchara para intentar separarlo. Si queda un surco y no se junta otra vez, ya estará listo nuestro dulce de leche!

Para conservarlo en perfectas condiciones, lo pasamos a unos botecitos de cristal. Aunque no creo que tarde mucho en utilizarlo...