Me voy a comer el mundo: Río de Janeiro

En el octavo episodio de Me voy a comer el mundo, nos vamos con Verónica Zumalacárregui hasta Río de Janeiro para conocer esta ciudad en la que comer se convierte, literalmente, en una fiesta. Consulta aquí DÓNDE VER CANAL COCINA.

Se la conoce como “la ciudad maravillosa” y en ella viven seis millones de personas cálidas, extrovertidas y llenas de buen humor. Pensar en Río de Janeiro es evocar sus playas, donde el culto al cuerpo se aprecia desde el primer momento. Pero también existe en Brasil el culto por la comida, llena de sabor y mucho colorido y que mezcla el legado portugués, las raíces nativas y la influencia africana.

Junto a nuestra guía Tatiane visitamos Copacabana, conocida como “la princesa del mar”. 4 kilómetros de playa con una arena inmejorable recorren la zona. Sentados en la playa descubrimos el sabor del Misturado, una mezcla de mate con limón, el “biscoito globo” y un snack de queso con orégano que simula un helado.

La dieta carioca se basa en frutas, maíz, arroz, algo de verdura y pescado, carne y mucha legumbre. Todos estos alimentos los podemos adquirir en los coloridos mercados de Río, como el que está en Ipanema. Aguacates, guayabas, acerolas, vermelhos y la yuca son algunos de los productos locales que podemos adquirir allí. La yuca es la base del desayuno típico brasileño, la tapioca, donde se mezcla con coco y queso rallado.

El plato brasileño más tradicional es la feijoada y su preparación casi siempre viene acompañada de caipirinha y de samba. Probamos este plato junto a Tatiane y sus amigos en una fiesta llena de música. La feijoada era el plato típico de los esclavos y se cocinaba con los deshechos de carne de los ricos. Se suele comer una vez por semana, habitualmente los domingos, y mezcla diferentes tipos de carne como la linguiça calabresa, el bacon o la salchicha clásica de cerdo. Además, lleva frijoles, naranja, cobe, arroz y paropa, la harina de la mandioca.

La comida del noreste de Brasil es una de las más apreciadas. Las calles de Río de Janeiro se llenan de puestos callejeros donde se venden los dulces más tradicionales de la zona. Con nuestro segundo guía visitamos Cinelandia, el corazón de la ciudad, donde compramos postres como el Pé de Moleque, hecho con cacahuetes y azúcar, o el Boliño de estudiante, una mezcla de tapioca y coco.

Y después de desayunar unos dulces típicos, es hora de probar el “tapeo brasileño”. Para ello, nos trasladamos hasta Santa Teresa, el barrio de los artistas, para adentrarnos en Bar do Mineiro, un restaurante muy local. Allí probamos la yuca frita, unas bolitas de carne secas y unos pasteles “sorpresa”.

Brasil es el segundo exportador mundial de carne; se elabora de forma sencilla pero su sabor es realmente sorprendente y sabroso. El restaurante más emblemático y donde mejor la preparan es la churrasquería Marius Degustare. Verónica prueba allí la carne típicamente brasileña: la picanha.

Nuestra siguiente parada es Santa Marta, donde encontramos las más de mil favelas de Río de Janeiro. El interior de Santa Marta es un auténtico laberinto de pasadizos, túneles y casas a medio construir. En casa de una de las habitantes de las favelas degustamos un pollo horneado y aderezado con especias y una mousse de maracuyá.

Después, nos movemos hasta las afueras de Río para conocer a Luna, una joven cocinera brasileña, que nos preparar una barbacoa que adereza con la bebida tradicional: la caipirinha.

Terminamos nuestro viaje descubriendo uno de los restaurantes más fashion y con mejores vistas de todo Río de Janeiro: Apprazível y despidiéndonos de una ciudad que cautiva no sólo por su gastronomía, sino también por su gente.

Si quieres viajar por el mundo y descubrir la gastronomía más allá de nuestras fronteras, no te pierdas cada jueves a las 22.00 horas en Canal Cocina Me voy a comer el mundo.

Conoce el resto de lugares que ya ha visitado Verónica Zumalacárregui en nuestra sección Me voy a comer el mundo.

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