Josep Roca y su restaurante

Para Josep Roca, el  buen vino es el pilar de un buen restaurante, y cuando para contarlo, se usa la tecnología, el efecto es sorprendente. En su restaurante "El Celler de Can Roca" de Girona el vino... se toca.

Josep ha montado una bodega de dimensiones extraordinarias dónde expone cinco sets con sus vinos preferidos; cada uno cuenta con dos pantallas de plasma en las que se realiza una performance para indagar así en los lugares de cultivo de cada vino y en los rasgos que identifican, a su modo de ver, los rasgos de identidad de cada caldo.

Josep intenta que podamos tocar cada vino, relacionando alguna característica representativa  de cada tipo de vino con el sentido del tacto. De esta manera, podemos tocar las burbujas del Champagne, sentir el tacto sedoso del Riesling, el aterciopelado del Borgoña, o comparar también las texturas del Priorato y el Jerez.

Y es que para Josep, el vino no es solo una bebida, sino transmisión cultural, valores, tradiciones... que pueden significar sentimientos diferentes para cada persona. Está claro que aquí un vino es mucho más. Para elegir un caldo, pueden usarse los cinco sentidos.