Cenador de Amós, en Santander

Hace mucho tiempo, quizá no tanto, cruzar la puerta de una bodega estaba reservado a los hombres. Bodegueros y enólogos apenas aceptaban que la mujer visitara las bodegas. La superstición decía que si esta tenía el periodo perjudicaba la evolución de los vinos. Cómo han cambiado las cosas. Quién iba a decir a estos señores que un restaurante con Estrella Michelín como el Cenador de Amós, en Santander, tendría una mujer gestionando los vinos.

Teresa ha crecido con el restaurante en el que empezó a aplicar sus conocimientos. Sus cuatro años en la ubicación actual del restaurante capitaneado por el chef Jesús Sánchez, le otorgan el grado de experiencia suficiente para poder defenderse en este difícil mundo, aunque está segura de que el papel de la mujer en la selección de los vinos acabará tan consolidado como el que ésta logró hace tiempo a la hora de disfrutar de una buena mesa.

Vinos nuevos y sorprendentes, y grandes clásicos que no pueden faltar en una bodega que se precie. Hay que tener de todo, y entender de todo, porque nunca se sabe con qué propuesta nueva puede llegar el jefe de cocina. Aunque para Teresa, el asunto de los maridajes es bastante relativo. Razonable y seductora. El toque de la mujer da aires nuevos al universo sumiller. Lo importante, al fin y al cabo, es que lo que contenga cada copa, acierte con la comida.