Cheesecake de fresas

Las claves

  • Ingr. prin.:
  • Plato: Postre
  • Estilo:
  • Ambiente:
  • Tiempo: alto
  • Dificultad: medio
  • Comensales: 4

INGREDIENTES PRINCIPALES

  • 200 gramoss Galletas para la base
  • 120 gramos Mantequilla para la base
  • 250 gramos Queso crema
  • 150 gramos de Azúcar
  • 7 láminas (13 gramos de Gelatina
  • 100 ml de Leche
  • 300 ml de Nata para montar (combinados con 80 gramos de Azúcar y 1 cucharadita de Extracto de Vainilla)
  • 12-15 Fresas
  • 130 gramos Mermelada de Frambuesa para decorar
  • 200 ml de Nata para montar para la decoración (pondremos también 60 gramos de Azúcar y una cucharadita de Extracto de Vainilla)
  • 4 Fresas

Preparación de la receta


En primer lugar trituraremos las galletas (yo lo hago con la Thermomix) para que queden en migas pequeñas. Calentamos la mantequilla en el microondas y cuando esté derretida la mezclamos con las galletas.


Preparamos un molde para tartas (preferiblemente desmoldable) con papel de horno que pondremos en la base. Echamos la mezcla de galletas y cubrimos todo el molde. Usamos una espátula o un vaso para apretar bien. Ponemos el molde en la nevera mientras hacemos el resto.


Pasamos a hacer la masa del Cheesecake. Lo primero ponemos a hidratar las láminas de Gelatina: húndelas en un bol con agua fría y déjalas reposar.


Pasamos al ingrediente estrella de la receta: las fresas. Cortamos el tallo verde, lavamos las fresas y las trituramos con una batidora para hacer un zumo. Lo reservamos.


Ahora añadimos a una olla el queso crema y el azúcar y la llevamos a la vitrocerámica a fuego medio. Esperamos a que se derrita todo mientras removemos con una cuchara para que no se nos pegue. Irá cambiando de textura y cuando esté casi líquido podemos añadir la leche, mezclando hasta que se incorpore bien.


Añadimos ahora el zumo de fresas que habíamos hecho antes y mezclamos hasta que el color sea uniforme.


Vamos a escurrir las láminas de gelatina, y para ello las cogemos y apretamos bien fuerte con las manos, quitando el exceso de agua. Echa las láminas a la cazuela y mezcla hasta que se hayan disuelto por completo. Retiramos del fuego y dejamos reposar.


Pasamos a montar los 300 ml de nata, y para ello usaremos una batidora de varillas a velocidad alta. Cuando empiece a hacer espuma, podemos añadirle los 80 gramos de Azúcar y la cucharadita de extracto de vainilla para darle un sabor delicioso! Necesitamos una textura firme pero no 100% montada.


Ahora preparamos un bol de mezclas grande donde echaremos la mezcla de las fresas y la mitad de la nata montada. Usaremos una cuchara y movimientos suaves y envolventes para combinar ambas texturas. Hacemos esto para que la nata no se nos baje, así que ten paciencia.


Añadimos el resto de la nata y mezclamos igual que antes, suavemente.


Con nuestra mezcla lista, sacamos de la nevera el molde y echamos el contenido de nuestra mezcla en él. Lo ponemos en la nevera durante mínimo 4 horas, pero si lo dejáis toda la noche mejor.


Transcurrido el tiempo necesario, podemos desmoldar con cuidado nuestra tarta y trasladarla al plato de servir: gracias al papel de horno es una tarea sencilla.


Preparamos la decoración: montamos los 200 ml de nata con los 60 gramos de azúcar y la cucharadita de extracto de vainilla. Ahora sí necesitamos una textura muy firme para que la decoración aguante.


Llega el momento de echar la mermelada sobre la tarta. Si queréis podéis batirla para que esté un poco más líquida, pero es opcional. Cubre toda la superficie y si quieres puedes hacer que rebose por los lados. mmmmmm :)


Colocamos unas cuantas fresas encima para decorar, y con una manga pastelera ponemos nata por arriba y los bordes como más te guste.


Nuestra tarta YA ESTÁ LISTA!!!! :) :) :)


Foto del plato terminado:

Trucos

Es una tarta muy socorrida ya que puedes hacerla el día anterior y si tienes invitados a casa la sacas, la decoras y en un momento tienes un super postre.
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