El Pozo

Tarta mousse de violetas

INGREDIENTES PRINCIPALES

  • 150 gramos de galletas tipo Chiquilín
  • 100 gramos de almendra crocanti
  • 80 gramos de mantequilla
  • 300 gramos de caramelos de violetas
  • 600 gramos de nata para montar
  • 300 gramos de queso crema (tipo Philadelphia)
  • 150 ml de leche
  • 150 ml de agua

Preparación de la receta


Mete la nata en el congelador (salvo que ya la tuvieras en la nevera hace, al menos, 12 horas). Reserva algunos caramelos para decorar (si quieres). Tritura el resto de los caramelos de violetas hasta hacerlos polvo (lo más fino posible). Puedes usar un molinillo de café o una picadora. Tamiza (sirve un colador). Cuando tengas 150 gramos tamizados, reserva en un recipiente, los usaremos para endulzar la nata montada. El resto (otros 150 gramos) pueden tener trocitos, no importa, los derretiremos para hacer la gelatina que decorará la tarta. Reserva en otro recipiente.


Prepara la bandeja/plato donde vayas a servir la tarta y el aro del molde que vayas a usar (solo el aro, la parte de abajo no hace falta). Unta el aro con mantequilla por la parte interior y pega una tira de papel de horno que sobresalga un poco por encima del aro. Reserva.


Pon la mantequilla en un cuenco y mete unos segundos en el microondas, para que se derrita. Reserva. Tritura las galletas lo más finas posible. Añade la almendra crocanti y la mantequilla derretida. Mueve para hacer una pasta homogénea.


Echa la pasta sobre la bandeja con el aro, reparte bien por toda la superficie y presiona. Debe quedar todo el fondo de dentro del aro cubierto y bien sellado, para que la mousse no se salga. Mete en la nevera.


Echa el brik de nata en un cuenco amplio (o en el vaso de la batidora). Monta (si está bien fría, será una masa, como en la primera imagen). Cuando empiece a coger cuerpo, añade el polvo fino de caramelos de violeta (como si fuera azúcar glacé) y sigue montando hasta que esté bien firme (sin pasarte, o la convertirás en mantequilla y suero). Tendrá un tono algo grisáceo. Reserva en la nevera.


Pon 6 láminas de gelatina en remojo en un plato con agua fría (bien fría o se desharán). Deja unos 3-5 minutos (mira en el envase el tiempo que recomiendan) para que se hidraten (verás que las láminas se ponen muy blandas).


Mientras, echa en un cazo la leche y pon a fuego medio (no debe llegar a hervir). Cuando la gelatina esté hidratada, escurre y pasa al cazo. Retira el cazo del fuego y mueve con las varillas hasta que la gelatina se deshaga por completo. Añade el queso crema y sigue moviendo hasta que se integre.


Vierte la leche a un cuenco amplio (para que no se te salga y para que baje de temperatura y no estropee la nata) y ves añadiendo la nata montada a cucharadas. Integra con movimientos envolventes (con una lengua o con las varillas). Sigue echando la nata hasta incorporar toda. Saca la bandeja de la nevera y vierte sobre la base de galletas con cuidado. Enrasa con ayuda de la lengua y vuelve a meter en la nevera durante, al menos, cuatro horas.


Pasadas las cuatro horas, vamos a preparar la gelatina. Pon en un plato agua fría y las otras tres láminas de gelatina. Deja que se hidraten. Mientras, echa en un cazo 150 ml de agua y pon a fuego alto. Echa los otros 150 gramos de caramelos de violeta triturados y mueve despacio con las varillas. Al principio se hacen grumos y se pegan, pero poco a poco se van deshaciendo. Cuando no queden trozos, retira el cazo del fuego, sigue moviendo durante unos segundos y añade las gelatinas escurridas. Mueve hasta que desaparezcan. Deja templar unos 10-15 minutos.


Saca la bandeja de la nevera, coloca una cuchara boca abajo lo más cerca posible de la mousse (sin tocarla) y vierte la gelatina con cuidado. Mete de nuevo en la nevera para que la gelatina cuaje. Necesitará, al menos, tres o cuatro horas más para que toda la preparación esté bien firme. Cuando vayas a servir, retira el aro y despega el papel con cuidado.


Foto del plato terminado:

Trucos

Es muy importante que la nata esté bien fría cuando la vayas a montar, será más fácil que suba y quede firme. Lo ideal es usar una batidora con varillas e ir subiendo la potencia progresivamente. También es fundamental que la nata tenga, al menos, un 35% de materia grasa, si no, no quedará bien firme.
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