¡invasión alienígena!

¿Estáis preparados para elaborar una bandeja de curiosos alienígenas? Además en una receta genial de aprovechamiento. Os confieso que es uno de los postres que a mi, particularmente, más me gustan. En definitiva son unas torrijas tuneadas, muy cremosas y con el contrapunto de la acidez de la manzana.
Una de las partes importantes de la receta es el relleno de nuestros alienígenas. Aunque se puede utilizar una buena mermelada, yo propongo hacer una facilísima compota de manzana. Pelamos y descorazonamos las 4 manzanas. La cortamos en trozos pequeñitos y se colocan en un bol. Se le echa el zumo de medio limón, azúcar al gusto y un golpe de canela en polvo. Se cubre de papel plástico y se introduce en el microondas durante 6 minutos. Cada microondas es diferente así que recomiendo ir abriendo el microondas cada 2 minutillos y sacarlo cuando la manzana esté blandita. Se tritura la manzana con el tenedor. No importa que quede algún trocito, es muy agradable.

Vamos a continuar haciendo unas natillas muy ligeras en el microondas. Se mezcla la maicena con 3 cucharadas de azúcar, se echan 2 huevos y se baten. Se le añade la leche y se bate hasta que todos los ingredientes estén integrados. Se le incorporan las pieles de los cítricos y la rama de canela y se mete 1 minuto al microondas. Cuando se saque, se bate enérgicamente y se vuelve a introducir otro minuto. Se repetiría el proceso una vez más. Hay que tener en cuenta que tiene que quedar una crema ligeramente líquida.

Se parten los panecillos de mini hamburguesa (un poco secos) a la mitad y se colocan en una fuente baja. Se vierten las natillas por encima y se les deja reposar hasta que estén blanditos.

Una vez los panecillos estén hidratados, los unimos de dos en dos rellenándolos con la compota de manzana. Cuando los marcianitos estén montados, se enharinan, se pasan por huevo y se fíen en abundante aceite caliente. Luego se rebozan en una mezcla de azúcar y canela.

Cuando los pastelitos estén fríos, se decoran con los ojos de caramelo y con las frutas del bosque. Para pegar los adornos a nuestros marcianitos vamos a montar un poco de nata con azúcar. Además es un sabor que le bien muy bien. Ahora… ¡La imaginación al poder! Ponles el número de ojos que quieras (y donde quieras) y usa las frutas a modo de pelo, de cuernos, de orejas… ¡Pásalo bien! Esta es la parte más divertida de la receta. De hecho, podéis dejar que los niños os echen una mano. Aquí es donde vais a dejar vuestro sello personal. ¡Disfrutadlos!