Helado de yogur griego con coulis rápido de frambuesa

Para el coulis:

1. Ponemos en un cazo la mermelada y el agua a fuego medio.

2. Removemos de vez en cuando y dejamos que hierva un par de minutos.

3. Retiramos del fuego y pasamos nuestro coulis por un colador para eliminar las pepitas de las frambuesas.

4. Dejamos enfriar.

Para el helado (con heladera):

1. Ponemos la nata, que debe estar muy fría, en un bol y la montamos con una batidora de varillas (o a mano si queremos ahorrarnos la cuota trimestral del gimnasio, pero no os lo recomiendo...).

2. En otro bol mezclamos el yogur y la leche condensada.

3. Incorporamos la nata montada a la mezcla de yogur y leche condensada con ayuda de una espátula y realizando movimientos envolventes, con cuidado de que no se nos baje.

4. Llevamos la mezcla obtenida a la nevera durante varias horas, hasta que se enfríe completamente. Si podemos dejarla durante una noche, mejor que mejor.

5. Cuando haya pasado ese tiempo, cogemos nuestra heladera (que deberá haber estado las horas que indiquen las instrucciones en el congelador) y mantecamos la mezcla según el fabricante (normalmente alrededor de 20 minutos).

6. Cogemos nuestro helado y volcamos en un recipiente hermético la mitad del mismo. Añadimos hilos de coulis al gusto con ayuda, por ejemplo, de un biberón de cocina y los removemos ligeramente con ayuda de la punta de un cuchillo. Agregamos la segunda mitad del helado y terminamos con una nueva capa de hilos de coulis que mezclaremos ligeramente de nuevo. La idea es que el coulis no se integre completamente, sino que aparezca en forma de vetas en el helado.

7. Llevamos nuestro helado al congelador durante un par de horas para que coja consistencia, y... ¡ya lo tenemos! Para disfrutar de su mejor textura, lo ideal es sacarlo del congelador unos 10 minutos antes de servirlo.