Helado de canela y chocolate

Pon en un cazo a fuego suave la leche con la nata y la rama de canela y deja que se caliente pero sin que llegue a hervir.

En un bol, bate el azúcar con las yemas de huevo hasta que se vuelvan blanquecinas. Añádelas a la mezcla que tienes en el fuego y deja que espese (unos 5 minutos). Si comienza a hervir, retíralo del fuego unos segundos.

Añade dos cucharadas de canela molida y una cucharada de miel. La miel impide que se formen cristales de hielo durante la congelación; si lo prefieres, puedes prescindir de ella y sustituir parte del azúcar por azúcar invertido.

Cuando la mezcla haya espesado y tenga la consistencia de unas natillas ligeras, retírala del fuego y pásala por un colador para retirar la rama de canela y alguna partícula del huevo que pudiera haberse cuajado.
Añade otra cucharada de canela molida y deja que la mezcla que enfríe en un recipiente tapado para que no se forme costra. Cuando haya alcanzado la temperatura ambiente, déjala reposar en el frigorífico como mínimo 8 horas.

Una vez la mezcla haya reposado, es hora de mantecarla en la heladera siguiendo las instrucciones del fabricante. Lo normal es que guardemos la heladera en el congelador durante 24 horas y que dejemos que el helado se haga durante 30 o 40 minutos.

Mientras, fundimos el chocolate al baño maría o en el microondas muy poco a poco, metiéndolo 10 segundos, removiendo y vigilando que no se queme.
Cuando el helado está casi listo, vertemos el chocolate fundido en la heladera, en hilos muy finos para que no se vaya al fondo y cuidando que no se pegue en las paredes del recipiente (puesto que podría bloquear el giro de las aspas). Lo dejamos 5 minutos más y ya tendremos listo nuestro delicioso helado de canela con chocolate.