Trucos y Consejos
Cómo licuar hierbas
Lo primero que tenemos que hacer es introducir las hierbas en un cazo con agua hirviendo durante unos segundos. Seguidamente las sacamos a un bol con agua fría o con hielo para que se refresquen y se pare la cocción.
Licuamos las hierbas (con la ayuda de una licuadora) y gracias al proceso que hemos realizado previamente, quedarán con un color muy brillante.
Para conservar el líquido resultante, debemos echar un chorrito de aceite. De esta forma, no estará en contacto directo con el aire y no se oxidará tan rápido.
Estos licuados nos sirven para cocinar diferentes guisos, salteados de pasta, arroces, aliñar ensaladas o incluso para frutas y postres.