Restaurante Lhardy, Guardianes de la tradición T2

En el capítulo 11 del programa de televisión Guardianes de la Tradición T2, serie exclusiva de Canal Cocina nos trasladamos al corazón de Madrid para visitar el emblemático Restaurante Lhardy. Para ver el programa en Canal Cocina puedes consultar la sección "dónde vernos" y no perderte ninguna de las entregas.

Este icónico restaurante madrileño abría sus puertas en 1839, año en el que su visionario fundador, Emilio Lhardy, llega a Madrid. Con casi tres siglos de historia y siete generaciones a sus espaldas, esta insignia de la gastronomía madrileña sigue sorprendiendo a sus comensales con sus platos estrella: callos, cocido, pato a la naranja y soufflé.

Citando las palabras de Azorín, no podemos imaginar Madrid sin Lhardy. Y es que este restaurant, nace con el propósito de ofrecer a la corte de España un lugar de comida de alto standing, que busca equiparárse a los restaurantes centroeuropeos.

Sus orígenes se remontan a una patisserie situada en la Carrera de San Jerónimo número 12, que, gracias a su éxito, pronto se convertiría en uno de los restaurantes más populares de la ciudad. Llegando a abrir hasta 3 salones privados con distintos estilos: japonés, isabelino y blanco.

Su cocina combina los secretos de la gastronomía francesa con los platos más castizos. Podrás degustar sus sabrosos callos, su famoso pato a la naranja y su irresistible soufflé, que te trasladarán a través del paladar a los sabores del Madrid más clásico.

Por sus puertas han cruzado numerosas personalidades ilustres como la reina Isabel II y Niceto Alcalá Zamora, así como grandes figuras literarias de todas las generaciones como Ramón Gómez de la Serna, Francisco Umbral y un largo etcétera.  

La tercera generación de la familia Lhardy, a cargo de Adolfo Temes, decide vender el espacio a su jefe de cocina, Antonio Feito Pérez y su jefe de pastelería, y Ambrosio Aguado. Actualmente, es la cuarta generación de estas dos familias la que regenta el emblemático Lhardy.

Lhardy no solo es una institución por sus exquisitos platos, y sus años de historia. Sino por ser un pionero en el sector, siendo el primer restaurante en España en el que se empezaron a emplear mesas separadas, dando una mayor sensación de exclusividad a los comensales. Ser el primer local hostelero, que permitió la entrada a mujeres, ya que por norma general debían ir acompañadas de un hombre. Ser el primer restaurante en tener precios fijos y también el primero en poseer un samovar, una máquina en la que servir consomé, y por tanto tener servicio selfservice.