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Pinchos y tapas medievales en Almazán

25 de septiembre de 2014

 

Del 26 al 28 de septiembre, el pueblo de Almazán, en Soria, celebrará el VII Certamen de Pinchos y Tapas Medievales. De 12:30 a 16:00 horas, y por un precio de 2.5 euros con caña o vino, nueve cocineros y numerosos bares de la localidad mostrarán lo mejor de la cocina medieval.

Las tapas y los pinchos que se podrán probar en este certamen corresponden a los ganadores de los concursos locales de los municipios que forman parte de la Red de Ciudades y Villas Medievales.

Jorge Ruiz Luzuriaga y Manuel Palma, del Bar Florida, prepararán unas Galletas de manitas rellenas de morcilla y hongos representando así a su municipio, Estella-Lizarra.

La cocinera Julia Medrano, del Hotel Villa de Almazán, representará a la cocina adnamantina con su tapa Perla del villa, basada en un bacalao al pilpil sobre un pan de cristal, salsa, setas y ajo.

La Brocheta Bienmesabe será el pincho medieval que el cocinero Luis Alcázar elabore en representación de Consuegra. Al frente de la Tapería Gaudy, Luis ha conseguido, durante las anteriores ediciones, mejorar la calidad de sus platos hasta conseguir auténticas obras de arte.

Coria estará representada por la tapa El peregrino extremeño, elaborada por el cocinero David Ávila Sánchez y hecha con vieira, panceta y puré de guisantes.

El Sagar Berdea representará a Laguardia, un pincho obra de la cocinera Carmen Fernández, hecho con manzana y carrilleras de cerdo.

Francisco Javier Panizo representará a Olivenza con La delicia pacore, elaborada con carne de lomo de cerdo, salsa del terruño, perejil y finas hierbas.

Pedraza recuerda su condición fronteriza en la Edad Media con el Falafel árabe que elaborará el cocinero Gonzalo Bernal.

Otro de los bares, Bar Las Travesañas representará a Sigüenza con la tapa Maza medieval de costilla de cerdo y ortigas con aliño de semillas de amapola.

El escenario también es motivo de visita. Toda la provincia de Soria, y especialmente la comarca adnamantina, son magníficos ejemplos del Románico Rural. Entre pincho y bocado, el visitante a la ciudad podrá degustar el enorme patrimonio gastronómico del lugar.

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