Ribera de Duero

Ribera del Duero es una de las Denominaciones de Origen más clásicas de España.

Visitamos las bodegas Real sitio de Ventosilla, y nos alojaremos en su posada, un antiguo castillo del s. XVII que se construyó para las frecuentes estancias de los reyes a esta zona. Dentro de la misma finca, podemos encontrar la Bodega Prado Rey con sus viñedos y una explotación agropecuaria, incluso, una iglesia del s. XV, la capilla de San Andrés. Se trata de una de las mayores extensiones vinícolas de Ribera de Duero.

Para comer, en la misma posada disfrutamos de una chuletillas de lechazo asadas al sarmiento, muy típicas de la zona.

Realizamos también una visita guiada a las Bodegas Arzuaga. Los procesos por los que pasa el vino hasta su consumo son bastante similares en todas las bodegas, y una visita de este tipo nos resulta muy didáctica. Al final, podemos disfrutar de una cata. En estas bodegas también tienen una finca por la que pasean a sus anchas ciervos y jabalíes. En ella se celebran todo tipo de eventos, desde cacerías hasta clases de taichi. Y además, podremos disfrutar de su spa con vinoterapia.

Seguimos adelante en nuestro viaje visitando Gumiel de Mercado, un pequeño pueblo de la zona con un montón de bodegas antiguas subterráneas muy curiosas. Ya no se utilizan, pero son un buen sitio para guardar el vino al fresco y poder juntarse con amigos para comer, cenar y tomar vinos.

Bodegas Valduero puede presumir de ser una de las pocas bodegas creada y dirigida por dos mujeres, las hermanas García Viadero. Además de las instalaciones con los viñedos, tienen una pequeña bodega subterránea y antigua en el pueblo. Allí se reúnen con sus clientes para degustar vinos y la gastronomía de la zona. En esta bodega descansan durante años sus vinos más viejos: reservas y grandes reservas de Valduero.

En Roa, un pueblo de la zona, disfrutamos de uno de los mejores lechazos asados en el restaurante Nazareno.

Para terminar, visitamos las Bodegas Viña Mayor, una de las bodegas más importantes de Ribera de Duero, donde tienen 3 objetivos: que el visitante aprenda, que se lo pase bien y que sea una visita distinta del resto de visitas que hacemos a otras bodegas de vino.