En primer lugar separamos tres limas para lavarlas, las secamos y rallamos su piel. Cortamos estas tres limas junto con el resto a la mitad y exprimimos su zumo.

Vertemos los 100 mililitros de agua mineral en un cazo, y le añadimos azúcar para preparar el almíbar. Dejamos cocinar hasta que llegue a ebullición y cocemos un par de minutos. Dejamos que el almíbar se enfríe.

Por otro lado, lavamos el manojo de menta y lo secamos. Vamos deshojando para picar la menta muy fina.

Mezclamos el zumo de lima que habíamos exprimido con la ralladura, el almíbar preparado y la menta picada.

En un cuenco grande, añadimos las claras de huevo y las montamos a punto de nieve con la ayuda de unas varillas eléctricas o manuales.

Añadimos las claras montadas a la mezcla anterior removiendo delicadamente para que no se baje. Una vez unido, lo metemos en una heladera o en una fuente metálica y lo introducimos en el congelador.

Removemos la heladera cada 20 minutos aproximadamente, aplastando los cristales con un tenedor hasta que el sorbete adquiera una consistencia lisa y cremosa. Tendrá que estar en el congelador un mínimo de 4 horas.

Mientras el sorbete adquiere la consistencia necesaria, preparamos la cinta de chocolate que lo rodea. Para ello, derretimos 2/3 partes del chocolate. El resto lo picamos, lo añadimos al chocolate derretido y removemos.

Una vez congelado el sorbete, añadimos el Ron añejo y mezclamos.

Con ayuda de una cuchara de helado, disponemos el sorbete dentro de la cinta de chocolate. Decoramos con hojitas de menta.

Servimos.