Para la salsa inglesa, lo primero que tenemos que hacer es cocer la nata con un poco de jengibre y dejarla reposar durante 12 horas en la nevera.

Después de que la nata haya reposado, la ponemos a cocer con un poco de vainilla.

En un bol, batimos las 5 yemas de huevos mezcladas con azúcar y cuando esté bien ligado, añadimos la nata al bol. Lo removemos todo lentamente y lo ponemos al baño maría durante 1 minuto aproximadamente. Entonces sacamos el bol y lo pasamos a un recipiente con agua con hielo para que no se siga cocinando.

Reservamos la crema en la nevera.

Por otro lado vamos a hacer el pastel. En primer lugar limpiamos y pelamos bien las zanahorias, y las rayamos. Las mezclamos con el azúcar, las almendras, la mantequilla a temperatura pomada, la levadura mezclada con un poco de harina, las claras de los huevos ligeramente montadas y las yemas hasta obtener una masa uniforme.

Tamizamos un molde con mantequilla y harina, para que no se pegue el pastel. Después, lo rellenamos con la masa que hemos hecho repartiéndola bien por todo el molde.

Hornearemos aproximadamente 45 - 60 minutos a 160º C, dependerá del molde que usemos. Sábremos bien cuando está hecho metiendo un cuchillo hacia el centro y viendo si sale limpio o muy caliente, esto es que ya está.

Servimos en un plato con el fondo cubierto de salsa inglesa. El bizcocho lo mojamos en un poco de sake rebajado con almíbar y lo colocamos encima de la salsa. Para acompañar al plato, podemos poner unas frutas exóticas como la fruta de la pasión o la fruta del dragón y con un poco de canela en rama.