En primer lugar vamos a hacer el Bloody Mary. Al zumo de tomate le añadimos el zumo de limón, el vodka, sal, pimienta, tabasco y salsa Perrins. Lo removemos. Ponemos a calentar un poco del Bloody Mary y le añadimos 6 colas de gelatina por litro. Unimos todo el líquido otra vez y lo volcamos en un recipiente. Lo metemos a la nevera.

Abrimos las ostras y les quitamos el agua. Ese agua lo metemos al congelador.

A las ostras les añadimos zumo de limón, unas gotas de aceite de oliva y cebollino recién picado. Lo dejamos unos minutos para que se aliñe bien en la nevera.

Para servir, nos ayudamos de dos moldes redondos (uno más grande que otro). De esta forma, ponemos el Bloody Mary en el aro exterior y la ostra en el centro. Picamos el agua que habíamos congelado y la ponemos encima de la ostra. Para decorar podemos poner un poco de perejil o cebollino. Finalmente retiramos el molde.