En primer lugar, vamos a hacer unos paquetitos de pasta brick y queso. Cortamos cada lámina de masa brick en 4 trozos.

Para que nos queden trozos cuadrados, recortamos los sobrantes y los utilizamos para asegurar bien el relleno. De esta manera, cogemos un trocito de queso de untar y lo envolvemos con los trozos sobrantes. Después, formamos el paquetito con el trozo que hemos preparado de la pasta brick, como si fuese un rollito de primavera.

Los horneamos a 180º C durante 10 - 12 minutos.

Por otro lado, ponemos en una sartén antiadherente los caramelos para que se derritan. Cuando se vayan derritiendo, vamos moviéndolos con un cuchillo redondo para darle la forma que queramos. Una vez que estén a nuestro gusto, los retiramos del fuego y dejamos enfriar.

Antes de que se enfríen del todo, los levantamos y los sacamos de la sartén. Si queremos, les podemos dar alguna forma curvada, etc. Si se han quedado muy duros, podemos ponerlos al fuego un momento otra vez.

Mezclamos el requesón con un poco de azúcar. Hacemos lo mismo con las fresas. Lo dejamos macerar una media hora.

Mientras, hacemos una vinagreta mezclando la miel, el vinagre de manzana y el aceite de oliva.

Aliñamos los canónigos con la vinagreta y los ponemos en la fuente para servirlos.

Ponemos por encima el requesón, las fresas y las nueces. Le añadimos un poco más de vinagreta y un poco de sésamo negro. Terminamos con los paquetitos de queso y el crujiente de caramelo.