Para el timbal: -Primer piso: Yo he utilizado collejas, que son unas plantas silvestres que recolectamos en las praderas castellano-manchegas. Su sabor es similar al de la espinaca, pueden ser sustituidas por estas. Rehogamos con ajo y añadimos frutos secos previamente picados. -Segundo piso: Limpiamos y cortamos las setas. Yo he utilizado niscalos, setas de chopo y boletus, que son los que hay en mi tierra, pero cualquier seta irá bien. Enjuagamos los brotes, en este caso de lenteja y de girasol, y los picamos. Rehogamos todo junto en la sarten hasta que las setas hayan perdido el agua. -Tercer piso: Pelamos la remolacha y la cortamos en rodajas, que haremos a la plancha. Las dejamos sobre papel de cocina para que absorba el exceso de grasa. -Y la corona...: Lavamos las flores de calabacin y les quitamos el pistilo. En un bol ponemos agua muy fria (añadir hielos si es necesario), cerveza, sal y harina, y removemos con la varilla. Calentamos abundante aceite en una sarten, y cuando ya este bien caliente sumergimos las flores en la mezcla de harina, asegurandonos de que no queda una capa muy gruesa y a continuacion en el aceite hirviendo. Retiramos y ponemos en papel absorbente.

Para la salsa: Cortamos zanahoria, cebolla roja y puerro, e incorporamos en este orden a una sarten con un poco de aceite. Cuando la cebolla empiece a transparentar regamos con vino tinto y dejamos hasta que se haya reducido. Introducimos las verduras en la batidora de vaso, acompañadas de agua, sal y nata vegetal, y batimos hasta obtener una salsa fina pero con cuerpo (si queda espesa añadimos agua o un poco de leche de soja).

Montamos el timbal con un molde, aplastando bien cada piso con los dedos para que no se desmoronde. Coronamos con las flores y regamos con un poco de salsa. El resto la dejaremos en la salsera para que los comensales se sirvan al gusto. ¡Buen provecho!