Comenzamos preparando la masa en un robot de cocina. Añadimos la mantequilla fría cortada en cubos, sal, azúcar y los huevos. Damos unos golpes de botón para que se integren y añadimos la harina y el agua. Damos otros golpes de botón de nuevo y pasamos la mezcla a un bol.

Enharinamos la mesa de trabajo y amasamos la masa con las manos hasta que no se nos pegue a las manos. Una vez hecho esto, la introducimos en la nevera 15 minutos en forma de bola tapada con un paño para que enfríe.

Precalentamos el horno a 180ºC.

Pasado el tiempo, la extendemos con un rodillo y forramos con ella moldes pequeños que cubran todo el interior. Disponemos dentro un papel de horno y garbanzos.

Las horneamos a 180ºC durante 5-6 minutos, apenas para que se cocine la masa sin que tome color.

Retiramos el papel de horno y los garbanzos y procedemos a rellenarlos.

Cortamos en trozos pequeños todos los ingredientes de relleno y reservamos.

En un bol realizamos la mezcla base. Mezclamos la nata, los huevos y el parmesano. Reservamos.

Precalentamos el horno a 230ºC.

Una vez fuera del horno, jugamos con los rellenos a nuestro gusto. Un ejemplo es mezclar chorizo con tomates cherry y brócoli.

Otra guisantes, huevo, zanahoria y espárragos. También podemos mezclar bacon, espárragos, queso, salchichas y champiñón. Otra combinación posible sería con chorizo, espárragos y guisantes.

Rellenamos cada molde con los ingredientes que deseemos y cubrimos el relleno con la mezcla base.

Horneamos a 230ºC hasta que estén gratinadas.

Servimos a temperatura ambiente.