Para el bizcocho: Montamos los huevos con el azúcar hasta que tripliquen su volumen (si se ponen al baño María se montan antes y más firmes). Añadimos la harina mezclada con la maicena y el cacao, tamizados, sin batir y con movimientos envolventes. Añadimos mantequilla poco a poco. Rellenamos el molde y horneamos a 180ºC durante 20-30 min.

Sacamos y enfriamos en rejilla.

Para la crema de mantequilla: Ablandamos la mantequilla hasta que esté a punto de fundirse. Ponemos el azúcar y las claras en un bol a baño María durante 5 min, removiendo, hasta llegar a los 60ºC (se nota que ya está cuando al coger una pequeña cantidad con los dedos, el azúcar se ha disuelto totalmente). Sacamos del calor y montamos hasta conseguir un buen merengue, añadimos el café soluble y vamos incorporando a cucharadas la mantequilla mientras se bate hasta incorporarla toda. Conservamos a temperatura ambiente.

Cortamos el bizcocho en tres discos. Empapamos el primero con el almíbar (mezclamos la misma cantidad de agua que de azúcar y le damos un hervor, podemos aromatizar con una rama de canela o una cáscara de limón ) y rellenamos con la crema con ayuda de una espátula.

Colocamos el segundo disco y hacemos lo mismo y terminamos con el tercer disco de bizcocho. Cubrimos con crema de mantequilla toda la tarta y la alisamos. Picamos los cacahuetes y cubrimos con ellos la superficie y/o los laterales de la tarta.

Decoramos con unos cacahuetes enteros encima y láminas de chocolate negro o fruta al gusto