Bate los huevos con el azúcar y la pizca de sal hasta que estén totalmente esponjosos, aireados y hayan triplicado su volumen, entre 5 y 8 minutos. Incorpora la harina tamizada en 2 o 3 veces, usando movimientos envolventes. Divide la masa en dos y extiende cada mitad de la masa en una bandeja de horno cubierta por papel y hornea entre 12-15 minutos a 170º.

Una vez frío, retira el papel y corta con la plantilla.

Calentamos en un cazo la leche con la mitad del azúcar. Aparte, batimos enérgicamente las yemas con el resto del azúcar y la maicena, hasta que no haya ni un grumo. Cuando la leche empiece a humear, la vertemos sobre las yemas sin dejar de remover. Cuando esté todo disuelto, devolvemos la mezcla al cazo y calentamos de nuevo sin dejar de remover hasta que empiece a espesar. Cuando comience a hervir retiramos del fuego de inmediato. Incorporamos la primera parte de la mantequilla.

Cubrimos a piel la crema pastelera con film transparente hasta que vuelva a temperatura ambiente y, en ese momento, la batimos enérgicamente con unas varillas para que recupere la textura original. Incorporamos el resto de la mantequilla y la pasta de pistacho.

Montaje: Cortamos los dos bizcochos usando la plantilla. Colocamos el primero sobre una base y lo decoramos con la crema. Ponemos el segundo encima. Decoramos con más crema y con los macarons, pétalos de rosa, pistacho…