Para la crema pastelera: Vertemos la leche en un cazo con la canela y la corteza de limón, y llevamos a ebullición. Aparte, batimos en un bol las yemas con el azúcar e

incorporamos la maicena.

Retiramos la leche del fuego, eliminamos la canela y el limón y la vertemos poco a poco sobre las yemas removiendo con las varillas. Lo vertemos en el cazo y cocemos a fuego suave, sin dejar de remover hasta que espese.

Retiramos del fuego, dejamos enfriar removiendo de vez en cuando.

Para la masa: Introducimos la leche y el agua en un cazo junto con la mantequilla, 1 cucharada de azúcar y la sal y, cuando empiece a hervir, vertemos la harina de un golpe.

Removemos sobre el fuego suave hasta formar una bola que se pega sobre la cuchara.

Retiramos del fuego y dejamos entibiar removiendo de vez en cuando. Después añadimos los huevos uno a uno sin parar de remover hasta que se incorporen por completo.

Introducimos la masa en una manga pastelera de boquilla lisa grande y formamos una circunferencia de doble trazo sobre una placa de horno forrada con papel sulfurizado.

Formamos también varias bolas (tipo lionesas) del mismo tamaño.

Cocemos en el horno, precalentado a unos 210ºC durante unos 12 minutos hasta que se dore. Después bajamos la temperatura del horno a 160ºC y cocemos unos 8-10 min más. Dejamos enfriar por completo.

Introducimos la nata en una manga con boquilla rizada. Cortamos los profiteroles por la mitad y los rellenamos con la nata. Reservamos en el frigorífico.

Cortamos el aro por la mitad y con una espátula colocamos la crema pastelera, espolvoreamos los 20 g de azúcar.

Terminamos con la nata de la manga restante y tapamos. Colocamos las lionesas encima y decoramos con los fresones.