En primer lugar, cortamos las patatas en tiritas con una mandolina, las lavamos con agua para que pierdan su almidón y secamos con papel de cocina.

Hacemos nidos de patata con la ayuda de un colador grande y otro más pequeño. Introducimos unas pocas patatas en el grande y las chafamos con el pequeño para dar forma de nido.

En un cazo con abundante aceite caliente metemos los coladores con las patatas y freímos. Escurrimos sobre papel de cocina y reservamos.

Después, separamos las yemas de las claras. En un bol, batimos las claras a punto de nieve con una pizca de sal.

Colocamos un cazo con agua a calentar sin que hierva a borbotones.

Ponemos un poco de clara a punto de nieve sobre papel film, ponemos en el centro una yema y la cubrimos con un poco más de clara. Cerramos con cuidado el film en forma de saco y lo sellamos con hilo de cocina. Cocemos durante 3 minutos por cada lado en el cazo con agua.

A continuación, cortamos la cebolla en juliana y la caramelizamos cocinándola a fuego bajo en una sartén con unas gotas de aceite, el azúcar, sal y pimienta. Reservamos.

Seguido, cortamos en rodajas el chorizo y lo salteamos. Reservamos.

Le retiramos el film a los huevos.

Emplatamos los nidos de patata y le añadimos en la base una capa de cebolla caramelizada, otra de chorizo, y por encima, el huevo. Quemamos un poco el huevo con un soplete para que tenga un color dorado. Decoramos con el perejil.

Servimos.