El día de antes

Pelamos las cebollas, lavamos y picamos finamente los puerros. La parte verde de los puerros la guardamos para una sopa o guiso. Apartamos unas hojas grandes de salvia y cortamos finamente el resto.

Calentamos una sartén grande a fuego medio con 1 cucharada de aceite y la mantequilla.

Cortamos finamente las lonchas de beicon y lo freímos hasta que esté ligeramente dorado.

Añadimos la salvia. Estrujamos las castañas antes de añadirlas a la sartén. Seguimos agregando las cebollas y los puerros.

Salpimentamos y rallamos finamente la mitad de la nuez moscada. Podemos echar un poco de vino dulce o agua. Cocinamos durante 15 minutos, o hasta que esté suave, revolviendo ocasionalmente. Dejamos a enfriar.

Trituramos el pan duro en un robot de cocina.

Ponemos la panceta de cerdo picada en un bol grande. Añadimos el pan rallado, los melocotones cortados en trozos pequeños y la mezcla de cebolla y castañas enfriada.

Usando las manos, removemos todo bien. Apartamos 250 g de la mezcla de relleno para rellenar el cuello del pavo y colocamos el resto en una fuente engrasada apta para el horno.

Cortamos la clementina a la mitad y la ponemos en la parte superior del relleno, con el lado cortado hacia arriba, colocando 1 hoja de salvia en cada mitad y rociamos con 1 cucharada más de aceite.

Lo tapamos y metemos en la nevera para el día siguiente.

Al día siguiente

Horneamos en un horno precalentado a 180 ° C durante 45 a 50 minutos, o hasta que esté dorado y bien cocido.