Comenzamos preparando la masa de los raviolis. En un bol ponemos la harina tamizada, una cucharada de aceite de oliva y los huevos.

Mezclamos bien con las manos hasta que la harina absorba toda la humedad del huevo y después, amasamos hasta conseguir una masa homogénea.

Tapamos la masa con papel film y reservamos en la nevera durante al menos cuatro horas.

Cortamos un trozo de la masa y la estiramos hasta conseguir una lámina fina. Le ponemos un poco de harina y la dejamos reposar 15 minutos mientras preparamos el relleno.

Para el relleno colocamos todos los quesos en un bol y añadimos las nueces. Con ayuda de un machacador aplastamos las nueces y creamos una especie de pasta homogénea. Agregamos las peras en trozos y mezclamos con una lengua para que los trozos de fruta no se rompan. Una vez tengamos el relleno listo lo pasamos a una manga pastelera.

Retiramos el exceso de harina de la pasta y con ayuda de un cortapastas hacemos tantos círculos como nos entren en la masa. El resto de masa lo podemos volver a bolear y estirar para utilizarlo de nuevo. Pincelamos la masa con un pelín de agua para que se pegue bien.

Colocamos un poco del relleno sobre el círculo de pasta. Hay que tener cuidado con el relleno porque si ponemos mucho se saldrá en la cocción. Cerramos la masa haciendo un medio círculo y unimos los dos extremos dándole forma de cappelletti. Repetimos este proceso con el resto de la pasta.

En una sartén ponemos el bacon en tiras y lo doramos ligeramente. Añadimos la nata, salpimentamos y dejamos que reduzca a fuego medio.

En una olla cocemos los cappelletis durante un par de minutos. Cuando comiencen a hervir los retiramos y los mantecamos con la salsa de nata y bacon.

Emplatamos la pasta con la salsa y decoramos con un poco de perejil fresco y queso rallado.