Preparamos la masa formando un volcán con la harina y la sal.

Introducimos en el centro 2 huevos y la mantequilla muy fría cortada en dados.

Mezclamos todos los ingredientes amasándolos ligeramente con el fin de trabajar la masa lo justo para que se integren todos los ingredientes. No amasamos en exceso ya que si lo hacemos la masa no quedará crujiente al hornear.

Formamos una bola, envolvemos con papel film y dejamos reposar en la nevera durante 30 minutos.

Pasado este tiempo, estiramos la masa con un rodillo y forramos un molde (desmoldable) previamente engrasado. Si el molde no es desmoldable, lo forramos con papel de horno para ayudarnos a la hora de sacar la quiche del molde.

Pinchamos la masa con un tenedor y horneamos a 180ºC durante 12 minutos con peso encima para que no se infle.

Mientras tanto limpiamos y cortamos los puerros en trozos de 2 cm.

Confitamos en aceite a fuego suave hasta que estén tiernos, unos 15 minutos.

Salteamos el beicon en una sartén hasta que esté dorado.

Mezclamos los 3 huevos con la nata y salpimentamos.

Cortamos los dátiles en rodajas.

Colocamos los puerros sobre la masa distribuyéndolos por toda la superficie.

Añadimos el beicon y la mezcla de huevos y nata.

Por último, añadimos el queso cortado en trozos irregulares y los dátiles.

Horneamos durante 20 minutos a 180ºC o hasta que la masa esté dorada y al pinchar el palillo salga limpio.

Servimos la quiche.